Alta fidelidad es una de esas películas que probablemente amarás u odiarás a muerte. Quizás todo dependa de su momento, de que la veas solo o con según que compañía, e incluso es posible que la veas por primera vez y la ames, y la veas un tiempo después y resulte inaguantable... como todo en la vida el cine, y determinadas películas como ésta en especial, tienen sus momentos, en mi caso la volví a ver el otro día en inmejorable compañía y si bien me gustó la primera vez, esta segunda comprendí la suerte que tengo en no sentirme ya tan identificado con el personaje de John Cusack...

Y es que éste representa a un tipo triste con el que seguramente todos nos habremos sentido identificados en un momento u otro, el tipo obsesivo que hace listas de todo, que está estancado y se pregunta que es de su vida y hacia donde irá, para el que todo son pequeñas y escandalosas tragedias cuyo resultado invariablemente es la destrucción de su modo de vida (básicamente eso es lo que le pasa con cada una de las ex tan dispares, adopta su forma de vida para hundirse en la más negra miseria cuando es irremediablemente abandonado por todas y cada una de ellas jajaja) y en definitiva alguien perdido que se autocompadece y se recrea en su ridícula desgracia mientras el mundo gira a su alrededor sin importarle nada.

Todos los personajes son geniales, desternillantes en su mayoría y aportan cada uno su parte a la historia, desde los amigos frikis con los que es imposible no partirse ante las paridas y perlas varias que sueltan, pasando por cada una de las míticas cinco ex, hasta cada uno de los novios modernillos y las situaciones que protagonizan.

Por todo ello, por su empatía, por lo fácil que es identificarse con el protagonista y lo creíbles que son todos y cada uno de los personajes, por tantas escenas carismáticas y desternillantes, por las cinco femmes fatales... ¡haz el favor de ver esta película!

Para Marta