He sido testigo del más absoluto horror en estado puro y he vuelto después de serenarme a base de calmantes intravenosos para hablaros de él. El horror consiste en ver a Diane Keaton en bragas, cantando y hablando de orgamos, o peor aún, cantando en bragas después de hablar de orgasmos, ¿hace falta añadir algo más?

Por si hace falta, el horror consiste en aguantar a tres pijas guarripindongas insoportables luciendo sin venir a cuento su colección verano otoño de lencería mientras hablan de los polvos que les han echado, en contemplar además de los bochornosos momentos ilustrativos de la interpretación de Diane Keaton, otras escenas que producen tal vergüenza ajena que no recuerdo parangón, o en sentarte a ver una supuesta comedia esperando al menos reír y no encontrarte ni siquiera con un maldito chiste con gracia.

Esto si que es el horror y no lo de Marlon Brando en Apocalypse Now... ¡porque yo lo digo!