A veces las advertencias de nuestras madres son comparables a antiguos proverbios cargados de sabiduría, y en este caso el "No hables con extraños" que nos inculcaban de pequeños viene que ni pintado, sobretodo cuando estás en un país extranjero del que poca cosa conoces y poco sabes de lo que te puedes encontrar.

Matador, siendo una película sin pretensión alguna y totalmente funcional, aborda desde un punto de vista divertido las implicaciones del incumplimiento de ese proverbio, que en casos como el que se presenta, puede atraer compañías un tanto desagradables aunque bastante desconcertantes, y siendo una comedia como acaba siendo, Pierce Brosnan hace muy bien en reirse de si mismo y su pasado de 007 con un papel, que de ser una producción española, bien podría ser primo de Torrente, con lo cual algunas escenas de dudoso gusto y vergüenza ajena están aseguradas.

Para reirse un rato con Brosnan de si mismo sin esperar nada del otro mundo, una película payasa pero no demasiado estúpida.