He de empezar diciendo que antes de ver este film, yo ya había consultado su nota en esta página, así que tenía no tenía las expectativas demasiado elevadas. La verdad es que ni siquiera tenía pensando visionar la película; estaba totalmente convencido de que se trataría de otra película convencional del montón. Y si que es convencional, eso no voy a negarlo. Pero la manera en la que se desarrolla es insuperable, y esa es una de sus virtudes.

Otro punto positivo son los actores. Aunque no soy muy fan de Michelle Pfeiffer he de admitir que se desenvuelve en el papel de mujer atormentada. Harrison Ford está muy poco aprovechado, pero el trabajo que hace tampoco es nada despreciable.

También está muy bien llevada la duración del metraje que, a pesar de que la acción es escasa en el comienzo y en el nudo del mismo, no llega a aburrir en ningún momento, y ese es un factor a destacar en una película de casi dos horas de duración.

Para terminar, y como ya comentaba en el título de la crítica, es una película muy... 'estética'; es el único término que se me ocurre para describirla. Me refiero a que la dirección de la cinta consigue captar los momentos de tensión y suspense, pero sin que caigan en lo exagerado, y siempre aprovechando el uso de espejos, el vaho, e incluso la propia casa.

En definitiva, una película que recomiendo encarecidamente a todos los fans del género. Eso sí, al género de suspense porque, a pesar de tener unos cuantos sustos bien repartidos, este filme no se puede clasificar como propiamente de terror.