La juventud, en cualquier época, son unos años de experiencias, de crecimiento, de nuevas emociones, de descubrimientos, de responsabilidades y también de diversión. Cuando se tienen 17 o 18, como los protagonistas de esta película, una noche se plantea como un abanico abierto de posibilidades para hacer que esas horas desde que se sale de casa hasta el amanecer queden grabadas en el recuerdo. Basta con coger el coche y poner la radio a ritmos de country o Rock and roll y echarse a conducir por las calles que la coincidencia o el destino ya harán que todo marche en una determinada dirección y que tenga mejor o peor final.
Desde el momento inicial, junto al Mel drives-ín. presenciamos las andanzas de un grupo de chicos y de chicas adolescentes en una intensa trasnochada por las calles de una ciudad americana y sus alrededores: los vaivenes de Steve con su novia Laurie en la noche previa a que él se marche a otra ciudad para empezar la universidad; los largos paseos por la ciudad en su coche amarillo de John Milner junto con una jovencita teenybopper llamada Carol hasta llevarla a su casa , tras pasar de no soportarse inicialmente a gustarse un poco; la movidita velada que pasa Terry Field, normalmente desafortunado con las féminas, con Debby, chica rubia de la que se enamorará; y de Curt Henderson, desesperado por encontrar a una misteriosa y atractiva chica rubia que se le apareció en un coche blanco, pero en su intento será interceptado por un grupo de greasers qu le hará participar en sus fechorías, antes de proseguir con su búsqueda. Todos ellos se cruzarán a lo largo de esa noche impulsada y ambientada por ritmos radiofónicos, en la que también se movían otros muchos jóvenes luciendo sus metálicos, brillantes y potentes automóviles, como Bob Falfa.
Muy completo es el retrato que George Lucas hace de la juventud americana del año 1962 en "American Graffiti", un fiel mosaico de la combinación entre los jóvenes y su noche, en la que se funden el asfalto recorrido por sus coches, sus escarceos románticos, la presencia del futuro que se abre ante ellos, un baile, las carreras, la emoción, y el peligro.
Con un presupuesto que no llegó a un millón de dólares, pero contando con un productor de prestigio como Francis Ford Coppola y un reparto de actores principiantes y aunténticos (algunos luego convertidos en estrellas), conquistó al público, con una recaudación en taquilla de 118 millones de dólares, y a la crítica. Nominada a varios premios óscar de 1974 y ganadora del Globo de Oro a mejor comedia del año, es una de las mejores películas estadounidenses según el American Film Institute.
Personalmente, aunque he visto filmes que me han gustado mucho más sobre la adolescencia ("Rebelde sin causa" de Nicholas Ray es uno de mis favoritos), se trata de una cinta bastante entretenida, con una pegadiza banda sonora y desbordante de espíritu joven. Un 6.75 de 10.