El lobo de Wall Street es una de esas películas por las que uno va al cine; una de esas películas que es la combinación perfecta guión-director-actor tan bien engrasada que los pistones de este motor cinematográfico giran tan fluidamente que ni te das cuenta del tremendo ruido que produce; una película que te mantiene los parpados bien abiertos incluso en esas escenas cómicas para no perderte ni un solo detalle; una de esas películas que ha hecho grande a este director; una de esas películas que hace disfrutar a todo tipo de espectador excepto si te va el rollo conservador, en ese caso te recomiendo que no la veas. Y que incluso sin ser un gran filme en lo que a reflexión profunda y filosófica de la psique humana se refiere hace que pienses en la degeneración del dinero y la podredumbre a la que te conduce.
Scorsese nos cuenta la vida de Jordan Belfort en su caminata ascendente de decadencia, inmoralidad, corrupción, estafas, depravación, de drogas, putas y más putas... en definitiva, la vida de un snob que le pudo el dinero.
Y todo esto con (para mi) la mejor interpretación de Leonardo DiCaprio y Jonah Hill, tiene uno la sensación de que la historia está hecha para estos dos actores.
Tan excesiva y explicita como divertida y fascinante, no perderás el tiempo si la ves, cosa que recomiendo concienzudamente.