Verdadera obra para deleitar los sentidos y soplo de aire fresco en un género, el musical, que estaba paralizado y esclerotizado en el pasado. Visualmente la película sorprende, musicalmente maravilla, pues los autores de la banda dan una vuelta de tuerca a clásicos de la música popular del siglo XX. ¡Cómo olvidar el impagable Roxanne a ritmo de tango-rock!

Las actuaciones de McGregor y Kidman son ejemplares y dan a la película ese tono indefinible entre comedia y tragedia, un filo por el que la película se desliza constantemente sin que el alma del espectador termine nunca de relajarse. Muchos críticos la calificaron de espectáculo vacío, pero no es casual que las obras de arte despierten opiniones encontradas y hasta ciertamente enconadas, pero los clásicos raramente lo son en la primera apreciación.

Moulin Rouge es tierna, melancólica, hilarante, ácida, romántica, un cuento moderno y musical que da una vuelta de tuerca a un género consolidado. Es difícil pedir nada más a una película. Las imágenes y la música se clavarán en la mente del espectador y es difícil que puedan olvidarse. ¡El espectáculo ha comenzado! ¡Here we are now! ¡Entertain us!