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Voto de harryhausenn:
3
Comedia. Romance. Fantástico Gran Bretaña, 1977. Un tímido rockero punk adolescente llamado Enn (Alex Sharp) y sus dos amigos se cuelan en una fiesta en donde conocen a un grupo de chicas extrañas y etéreas; al principio piensan que se trata de una secta, pero pronto se dan cuenta de que son en realidad de otro planeta visitando la Tierra para completar un misterioso rito. A pesar de ellos Enn se enamora de la bella Zan (Elle Fanning), una joven y rebelde alienígena. (FILMAFFINITY) [+]
21 de junio de 2018
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
How to talk to girls at parties cuenta la historia de una comunidad extraterrestre que llega a la Tierra con el objetivo de reproducirse. Cinco casas distintas que desde milenios mantienen el orden en su civilización deberán hacer frente a la revolución que provocará un grupo de adolescentes punks que se cruzará en su camino. Al frente de ellos, una mítica cantante del movimiento próxima del retiro, Boadicea, nombre artístico en honor a la reina celta que luchó contra los romanos en Londres.

El fondo de la película, hedonismo contra represión, por desgracia además de banal, resulta aburrido. Es imposible encontrar un paralelo directo entre las clasificaciones de los extraterrestres y el sistema tradicional heteropatriarcal actual, por lo que la supuesta crítica a la tradición, cae en saco roto víctima de su propio embrollo. Por si fuera poco, la adopción de la estética punk resulta ser un mero adorno. La película es gamberra pero no contestataria, pincha pero no ataca, enseña los dientes pero no muerde. No es que estemos lejos de Derek Jarman, cineasta punk por antonomasia, es que ni siquiera nos acercamos a los trabajos anteriores de Cameron Mitchell.

Hedwig puso bajo el foco un perfil atípico y agresivo que resultaba enternecedor. Una ópera glam de una sensibilidad sobrecogedora que hizo del debut de Cameron Mitchell una obra maestra. Shortbus, aunque menos impresionante, era una oda a la liberación sexual de una modernidad y un júbilo insultante para las mentes mas cerradas. How to talk to girls at parties no llega a estos niveles.

Las escenas de sexo no provocan reacción ninguna, por lo que son tan innecesarias como inocentes. La historia de amor se ralentiza hasta un punto soporífero. El director parece querer imitar el estilo de Gregg Araki, con la ingenuidad de sus personajes y la delicadeza del relato, pero la emoción no aparece por ningún lado. En definitiva, se trata de una película hueca, que apunta alto pero que no se atreve a transgredir y lo peor de todo, que aburre. Un punto bajo en la carrera de Cameron Mitchell.

hommecinema.blogspot.fr
harryhausenn
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