Muy elogiosas e interesantes la mayoría de las críticas a Hrútar/Rams, una película escencialmente teatral y en sintonía con la literatura y mitología de y sobre la gélida isla, desde Shakespeare a Borges. Y también enriquecedora la historia en sí y el entorno natural, escasísimamente presente en la cinematografía mundial.

Como aporte personal a lo ya expresado, mi impresión es que todo lo concerniente a las ovejas no es más que un recurso narrativo simbólico alrededor del cual se desenvuelve la tragedia (y no el drama, porque la resolución es estructural y previsiblemente trágica, antes que dramática).
De hecho, muchas situaciones análogas podrían darse en cualquier contexto y ser mediatizadas por otro "objeto" (aqui son ovejas de una exclusiva raza local) que oficie de causa imperenne para sostener un distanciamiento fraternal de matriz explícitamente edípica, el cual no logra resolverse hasta tanto el objeto que sirve de frontera entre ambos -lanudas ovejas, instalaciones y un alambrado de púas que (real y simbólicamente) representan las penosas consecuencias de las preferencias conscientes e inconscientes que por uno u otro tuvieran sus difuntos padres, todavía presentes a través de su legado material- se quita del medio por imperio de la la ley, natural y cultural, dejándolos por primera y última vez infinitamente solos uno frente al otro.

Sobria verbalmente y exhuberante en imágenes, estamos ante una honda reflexión sobre el inevitable destino trágico de todo modo de relación asfixiado por el silencio y la incomunicación.
En síntesis; muy recomendable. Quizás difícil de encontrar reconfortante, pero profunda.
Gran película.