Para aquellos que entran un tanto desprevenidos a la sala de cine a ver "Leonera", del argentino Pablo Trapero, la forma como empieza el filme: con música para niños en los créditos de cabecera, para luego en una serie sucesiva de imágenes descubrir un asesinato y a Julia Zárate (Martina Guzmán) en medio de la sangre; la verdad que nos introduce de inmediato en la historia.
Yo no se cual sea el mejor filme sobre historias que se desarrollan en la cárcel, pero siempre viene a mi memoria "Brubaker", de Stuart Rosemberg, ya que afianza el mito de la definitiva y favorable batalla por la justicia. En "Leonera" el director asume una posición cómplice con Julia y el final nos da la razón. Además, el cineasta argentino confiere la pesadez y asfixias necesarias para tener al espectador a un mundo tan jerarquizado y cerrado como una cárcel; en un relato ausente de contrapicados abusivos, pero, con una cámara en mano, siempre dispuesta a descubrirnos la casuística del asunto.

Cómo la idea no es contar el filme, "Leonera" nos habla que a veces (como alguna vez sentenció John Lennon): "La vida es lo que nos pasa cuando estás ocupado en otros planes".
Gonzalo Restrepo Sánchez, film critic. Barranquilla, Colombia.