Si hay un género que mejor ha explicado y resuelto todos esos interrogantes acerca de la vida en pareja, los matrimonios, los affaires y los divorcios, es la comedia. Y me refiero a objeciones con tono y cualidades más románticas. En este caso de “No es tan fácil”, la búsqueda y respuestas de un ex esposo que regresa a su esposa, y vuelven a sentirse jóvenes.

Y de eso trata “No es tan fácil”, de Nancy Meyers. Para ello, reúne a Meryl Streep como Jane Abler, Alex Baldwin como Jake, ex de Jane, casado con una mujer mucho más joven que él llamada Agness (Lake Bell) y Steve Martin como Adam. Una historia que invita más a cometer “spoilers” para hablar de ella, pero intentaré no hacerlo.

Sin que estemos ante una película fuera de serie y un guión bastante sencillo en su estructura, lo válido de observar la cinta y después, unos minutos de silencio para asimilarla; es que podemos establecer un orden de prioridades. Que para hablar de las relaciones en parejas mayores, es bueno sentirse siempre joven (Aquí Meryl Streep logra convencer en su papel). Y que sin planteamientos trascendentales, lo más correcto en esto de la vida en pareja es primero sentirse bien con uno mismo.

Conclusión. Que desde la sonrisa y, en definitiva desde el optimismo, una vez más la actitud (tantas veces difícil de adoptar) nos debe dar la madurez necesaria de percibirnos así mismo sin temor. Para ello, la directora Meyers utiliza el gag y nos quiere transmitir que cuando las cosas no van bien, no hay que desesperarse. Y es que cómo sentencia alguna letra interpretada por el cantante argentino recientemente fallecido Sandro: “¡Y al final, la vida sigue igual!” (El “end” de la película).

Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla. Colombia).