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España España · catarroja
Voto de rambleta44:
8
Drama Nathalie (Isabelle Huppert) es una profesora de filosofía que da clases en un instituto de París. Su trabajo le entusiasma y reparte su tiempo entre sus alumnos y su familia, con sus hijos ya mayores y su madre algo senil. Un día su marido le informa de que se va a ir con otra mujer. Ese será solo el primero de una serie de grandes cambios que obligarán a Nathalie a reinventar su vida de un día para otro. (FILMAFFINITY)
9 de octubre de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El cielo estrellado sobre mi y la ley moral dentro de mi". Esta cita de Kant resume esta gran película. Lo que nos llena el ánimo de admiración y respeto. Con la cita, el gran maestro reconocía implícitamente la inluencia del estoicismo, y esa es la clave de toda la película. ¿Cómo aceptar la próxima vejez, las pérdidas, los abandonos, la separación generacional, la total soledad? Tomarlo con filosofía, Kant y el estoicismo.
En ningún momento hay hundimiento, todo lo contrario, hay lucha acompañada de resignación. Y no hay derrota, sólo aceptación de que existen dos mundos, dos realidades diferentes, y siempre ha sido así (espléndido final). Nuestro mundo de papel y de libros es un mundo sustituido por un mundo en el que el color de la imagen prevalece sobre el texto. La pantalla derrota al libro (libre).
El paso del tiempo va llevando a la protagonista, es una obviedad decir que inmensa Isabellle Huppert, a la soledad más absoluta. Y su terapia es su profesión, la filosofía, eso en lo que cree pero sin la pose de los ingenuos jóvenes que discuten en la estupidez pseudocolectiva de su comuna. La profesora es un ser individual que no cree en discursos inútiles, su discurso es el reflejo de su madre y la actitud de su marido y la distancia de sus hijos. Esos son sus temas filosóficos. Cuando hay mucho tiempo por delante uno piensa en cambiar el mundo, cuando no queda mucho tiempo uno sólo piensa en conservar el equilibrio y la dignidad. Quizás esa sea la postura filosófica más revolucionaria, conservar la dignidad hasta el final y saber agradecer a una madre que nos convirtiera en profesores de filosofía, esa materia tan denostada pero tan necesaria, esa materia que te habla de la soledad, de la renuncia, de la libertad, de la muerte, de la verdad, de la justicia...Nuestras madres no pudieron estudiar, esa era su realidad. Gracias a ellas nos convertimos en profesores de filosofia, solitarios, estoicos, kantianos...Ahora llega otra realidad y la libertad hermana de la filosofía es una enemiga demasiado peligrosa, la enemiga de las gominolas de colores, de la estupidez. Pero quizás, amigos, la realidad de la estupidez ha triunfado definitivamente.
rambleta44
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