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España España · Madrid
Voto de Clocker:
2
Comedia. Drama Medio-oeste americano, 1967. Larry Gopnik (Michael Stuhlbarg) es un profesor de física que ve cómo de la noche a la mañana su vida se derrumba. Es un hombre bueno, un marido fiel y afectuoso, un buen padre y un profesor serio, pero, de repente, todo en su vida empieza a ir mal. Su mujer lo abandona sin explicaciones, y el amante de ella lo convence para que deje su casa y se mude a un motel por el bien de los niños. Además, su carrera ... [+]
29 de enero de 2010
21 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que no salía del cine con un cabreo de tres pares de...narices. Aún me pregunto qué tiene esta película para que la den tres premios y sea considerada por gente que conozco como un gran film.

Tal vez a los que son judíos y vivan en una sociedad americana les haya hecho mucha gracia, pero a mi sólo me ha quedado claro que:
a) no me voy a convertir al judaísmo
b) la peli no tiene ni pies ni cabeza.
Podríamos salvar las interpretaciones, pero como no hay una historia coherente, sino que todo está sin terminar de contar y aún no sé por qué, para mi pierden su sentido dentro del conjunto general, pululando en el vacío argumental que es esta peli.

La pregunta es: ¿qué nos han querido contar los Cohen? ¿Que todos los judíos son raros, afeados y con gafas de pasta grandes y negras? El retrato de unos personajes a cada uno más peculiar, que no acabas de entenderles (salvo cuando Arthur llora en la piscina y su hermano le consuela, nosotros también quisimos llorar) y la conclusión que sacamos de que ellos tampoco entienden nada en sus vidas y que la vida del protagonista es un "me lo trago todo todo todo" (al estilo de Jim Carrey en "Yo, yo mismo e Irene" pero sin tanta risa) es lo único que nos llevamos de la película. Tal vez no nos llegue el cerebro para apreciarla cinéfilamente hablando, pero no debemos ser los únicos porque éramos menos de diez personas y tres se fueron del cine a la mitad del metraje. Nosotros, sin embargo, nos quedamos hasta el final para enterder la historia inefable que se nos presentaba. La comprensión y el disfrute nunca llegó. Para nosotros no hubo esperanza.
Coen, me encantáis, pero esta película ha sido una gran decepción, he sentido para mal los silencios y el tiempo pausado en la narración que tanto aportaban a otras de vuestras películas.
Clocker
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