Corazón de tinta. Primer libro de la trilogía creada por Cornelia Fuke que incluye también Sangre de tinta y Muerte de tinta. Una bonita y emocionante historia donde se plasma la belleza del relato impreso.
Al ver que sacaban la película lo primero que sentí fue emoción por poder ver en vivo y en directo a Dedo Polvoriento hablando y jugando con el fuego, los bonitos paisajes boscosos del pueblo de Capricornio, las pilas de libros de la biblioteca de Eleanor y por poder escuchar las armónicas voces de Meggie y Mo. Pero luego me entró un ligero miedo... ¿Serían capaces de trasladar la historia de Funke a la gran pantalla? Mi primera impresión fue que lo habían conseguido. Los personajes estaban bastante bien caracterizados, algunos incluso eran exactamente igual a como los había imaginado, y los paisajes eran como poco perfectos: La casa de Eleanor, su biblioteca, el pueblo de Capricornio... Todo parecía sacado del libro. Esto, sumado a la ilusión por ir recordando todo lo que había ocurrido en Corazón de Tinta, hizo que pequeños detalles como unos diálogos algo forzados y una traducción que no coincidía con la del libro (Pico de Oro por Lengua de Brujo, Dust Finger por Dedo Polvoriento, Darío por Darius, etc) se pasaban por alto. Sin embargo hubo algo que no pudo ser ignorado, algo que destruyó todo lo que había disfrutado de la película hasta ese momento: El final.
¿Cómo se atreven? Es más, ¿cómo narices dejó Cornelia Funke que cometieran semejante aberración? ¡Se cargaron toda la historia! Convirtieron una emocionante y emotiva trilogía en una historia individual de final mediocre, forzado e insultantemente sencillo y fugaz.
Sinceramente una decepción descomunal. No le pongo menos nota por el cariño que le tengo a la historia y a los personajes. Pero si pretendes hacer una película de una trilogía haz tres y sino no la hagas.