Álex de la Iglesia es uno de los mejores directores del cine español. Así, sin más. Podría citar algunas de las obras de su filmografía, pero caería en el error de recalcar lo evidente, y es que estamos ante un cineasta que jamás deja indiferente, aparte de no necesitar presentación alguna. Es por ello que las expectativas fueron máximas con el anuncio de su nuevo proyecto, una serie de terror y fantasía en exclusiva para HBO.

Por fin ha llegado el día, pudiendo disfrutar del primer episodio de la inquietante propuesta, en la que sacerdotes, exorcismos, posesiones, y demás elementos que no conviene desvelar, se dan la mano para ofrecer un cóctel perfecto para los fans del género, en especial si eres un entusiasta de la obra del director. Y es que de la Iglesia ha orquestado (junto a Jorge Guerricaechevarría, su colaborador habitual) una carta de amor al fantástico ante la que es difícil resistirse. Había mucha expectación, y con su primer episodio se han cumplido los pronósticos.

Desde el minuto uno se nota la mano del bilbaíno, ya sea en los estupendos créditos iniciales o en el tono de la serie, con una combinación de humor negro y terror, tan propio de la casa. Hablamos de casi ochenta minutos que no provocan el bostezo en ni un solo instante, sucediendo cosas sin dar prácticamente respiro al espectador (ojo a los momentos tétricos…), y con un clímax que pone toda la carne en el asador. Estamos ante un cineasta único e inimitable, que siempre ofrece propuestas diferentes, no siendo una excepción su nuevo proyecto.

Respecto al libreto, los personajes están muy bien construidos, destacando el personaje más interesante, el padre Vergara, uno de los curas más enigmáticos e interesantes de la historia del género, el cual justifica el visionado de la serie por sí solo. A destacar que la propuesta no es la típica que juega al despiste y evita mostrar demasiados ases desde el inicio, mostrando su baraja con acierto y sabiduría, dejando al espectador con ganas de más, en lo que es un primer episodio muy bien construido, cocinado a fuego lento, yendo de menos a más y sin pisar el freno.

Qué decir de Eduard Fernández a estas alturas del cuento. Afirmar que es uno de los mejores actores de nuestro país es quedarse corto. Estamos ante uno de esos intérpretes que jamás decepciona, y aquí tenemos una prueba más de su incontestable talento, con un personaje que es un auténtico caramelo, el cual el genial actor no desaprovecha, siendo la gran estrella de la función. Menudo monstruo.

Respecto al resto de sus compañeros, todos están a la altura de las circunstancias, algunos a la espera de más minutos en los siguientes episodios, pero de momento destacaría a unas sorprendentes Megan Montaner y la siempre eficiente Carmen Machi.

Quizás es pronto para dar un veredicto sobre la serie, ya que todavía quedan otros siete capítulos, pero si el nivel se mantiene, podemos hablar sin problemas de una de las mejores series el año (compitiendo de tú a tú con esa maravilla que es Antidisturbios), dejando bien claro que el panorama español, en lo que respecta a series, ha dado un salto de calidad que no podemos obviar. Creo no equivocarme al afirmar que estamos ante uno de los mejores años, sino el mejor, en lo que a series españolas se refiere, y eso es algo muy a tener en cuenta.

Lo que es seguro es que 30 Monedas es una serie imprescindible si te gusta el director, el género o te llama mínimamente la atención, siendo una gran jugada por parte de HBO su adquisición y dejando claro que la producción nacional está despertando, más que nunca. Esperando con ganas el resto de los episodios. Hasta entonces, no queda otra que decir: Gracias, Álex.

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