No sabía nada de esta película, hasta que he visto un par de críticas sobre ella, que la dejaban como un loco thriller cargado de sorpresas, lo que es música para mis oídos, nunca mejor dicho. La película había pasado por algunos festivales, pero ha sido ahora cuando Netflix la ha añadido a su catálogo. 

Pues bien, me he lanzado a la propuesta, sin saber nada de la misma (cosa que recomiendan y yo también, cuando menos sepáis de ella mejor) y la verdad es que no creo que sea tampoco ninguna rareza salvaje, ni que supere las barreras del buen gusto, como se ha vendido, pero sí que creo que es un thriller tan correcto como interesante.

La dirección corre a cargo de Richard Shepard, en cuya filmografía se encuentra la estimable y olvidada "Dom Hemingway" (y que os recomiendo desde ya, porque cuenta con la mejor interpretación de Jude Law).

En esta ocasión, nos ofrece un ejercicio que mezcla lo más grosero y visceral (en cierto pasaje de la cinta), con la elegancia y sutilidad de la música clásica. Hay planos muy logrados y se nota la buena mano que tiene, en una dirección que, sin ser magistral, si está por encima de la media.

En cuanto al guion, juega constantemente con el espectador al giro argumental, en más de una ocasión, para llegar a un desenlace inesperado. Sí, la película es impredecible en muchos aspectos, pero tampoco es tan original e ingeniosa como pretende ser, aunque es cierto que hay un par de sorpresas logradas, aunque no perfectas.

Respecto al reparto, las dos protagonistas (Allison Williams y Logan Browning) están estupendas y nos regalan dos interpretaciones convincentes y que suman enteros a la película. El resto de secundarios también están más que correctos.

Y bueno, la banda sonora es otro factor a tener en cuenta, porque la película trata sobre profesionales del mundo de la música, por lo que es de esperar un toque clásico y de altura, y así es, aunque jugando con temas de suspense e inquietud que le vienen muy bien al conjunto final.

En conclusión, estamos ante un efectivo thriller, que se deja ver, y que tampoco es ninguna maravilla, pero que cumple su cometido de sorprender al espectador, aunque tampoco es ningún logro si cada veinte minutos retuerces lo visto hasta el momento. Correcta, y por encima de los thrillers que nos tocan ver hoy en día.

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