Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Javi McClane:
8
Serie de TV. Comedia. Drama 6 episodios. Años 80. Francisco Javier Maldonado, alias Paco "el Cóndor", es el periodista deportivo más importante de la radio española. Los oyentes le admiran, los jugadores le temen, los presidentes de clubes (y el gobierno) le odian. Cada medianoche reúne a millones de oyentes junto al transistor. Desde hace años, "el Cóndor" no tiene rival. Hasta ahora. (FILMAFFINITY) En junio de 2021 Movistar confirmó que no habrá segunda temporada. [+]
11 de julio de 2021
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atraído por su fascinante reparto y por las entusiastas críticas, me animé a ver Reyes de la noche cuando ya se conocía la polémica noticia de su cancelación, y a pesar de tener un final abierto con vistas a presentar una nueva entrega. La verdad es que no es sencillo comenzar una producción que sabes de antemano que no va a tener desenlace, pero me alegro de haber comenzado esta hilarante experiencia, ya que estamos ante una de las mejores series españolas de la historia, pero de lejos. Quizás muchos consideren que tal afirmación es exagerada y un despropósito, pero lo que tenemos ante nosotros son seis episodios cargados de mala leche, gags que funcionan, personajes increíbles y un argumento que atrapa desde el minuto uno, y eso que a un servidor no le interesa el fútbol.

La serie nos cuenta la historia de dos emisoras rivales (y sus respectivos programas deportivos) y cómo sus presentadores utilizan todas las armas posibles para desprestigiar al contrario, caiga quien caiga, en una descarnada guerra para disfrute del espectador. Al principio de cada capítulo se avisa de que estamos ante una ficción y que se han inspirado en sucesos y personajes reales (aunque muchos han visto las claras similitudes entre ficción y realidad), pero de poco sirve tal advertencia, ya que no ha hecho gracia a las personas en las que se han basado, además de cabrear a los de arriba. Muchos dan por válida esta explicación como posible motivo de su prematura cancelación, cuando el equipo estaba a punto de rodar una segunda parte que prometía demasiado y que nos deja en ascuas ante un final de temporada muy interesante.

Dicha decisión cabrea, ya que el poder (muy criticado en la propia serie) ha vuelto a vencer, con amenazas y pataletas de parvulario, en un movimiento que no deja en buen lugar a Movistar Plus (plataforma que ofrece estupendas series patrias, pero que con esta decisión ha dado un enorme paso atrás) y que deja huérfanos a los espectadores y seguidores de una serie que deja con ganas de más. Jamás conoceremos el desenlace, por lo que nos tendremos que conformar con una única temporada que funciona en todos los niveles.

Empecemos por una dirección impecable, con escenas para el recuerdo y que evoca de forma fabulosa la década de los 90 (con todo lo que ello conlleva, humo incluido). Se nota que hay alguien con talento detrás de las cámaras (atención al inicio de los capítulos), siendo un trabajo sólido, con un ritmo endiablado y que no pierde garra en ninguno de los seis episodios (de media hora cada uno), los cuales se pasan como un suspiro. Yo he visto todos los capítulos del tirón, porque cuando finalizas uno, quieres más. Es por ello que la cancelación es todavía más dolorosa.

Por otro lado, la serie cuenta con un guion sensacional, siendo una sátira sobre el mundo del deporte y las emisoras de radio, regalando gags desternillantes y unos diálogos dignos de enmarcar, escupidos por unos personajes amorales pero que crean adicción. Todos y cada uno de ellos son increíbles, no estando nada de acuerdo con los que se han quejado (los de arriba, obviamente) de que la serie es demasiado paródica y su humor excesivo, siendo una propuesta con un humor grueso y jocoso no apto para todos los paladares, pero que contiene mucha verdad en cada una de sus bromas. Quien disfrute con el primer episodio y acepte las reglas del juego la va a gozar sin lugar a dudas.

Cierto es que los últimos tres episodios apuestan más por el drama que por la comedia, abandonando un poco el humor (aunque no obviándolo), siendo una decisión que no resiente el conjunto ni rompe el tono presentado hasta el momento, dándole más profundidad y matices a una serie que ya de por sí supone un producto diferente y que tiene las ideas muy claras (quizás por ello la hayan sentenciado de forma abrupta). Y es que estamos ante una serie que entretiene, divierte, emociona y fascina a partes iguales, en especial gracias a unos personajes desternillantes (atención a la aparición estelar de cierto presidente de un popular club de fútbol) y muy bien dibujados. Una delicia.

Y para redondearlo todo, tenemos a un reparto en estado de gracia, capitaneado por unos sensacionales Javier Gutiérrez y Miki Esparbé. El primero siempre está genial, por lo que no sorprende que vuelva a ofrecer una actuación maravillosa y con un gran trabajo de caracterización y registro vocal (ojo a este aspecto). Un actor camaleónico y de lo mejor que tenemos en España. Lo más curioso es que Esparbé no se queda atrás, manteniendo el pulso a Gutiérrez con una interpretación sorprendente, siendo el mejor trabajo del actor hasta el momento. Ambos forman un tándem espectacular e irrepetible. Y aquí no queda la cosa, ya que el resto de secundarios ofrecen interpretaciones intachables, ofreciendo lo mejor de sí mismos y saboreando unos personajes únicos. Todos cumplen y nadie chirría en uno de los mejores elencos que se recuerden. Por favor, que les den todos los premios habidos y por haber.

En conclusión, estamos ante una gran serie que merecía mejor suerte y que no me cansaré de recomendar. Jamás entenderé por qué Movistar ha sido tan cobarde (en contraposición a los personajes de su propia producción), cuando tenían un diamante en bruto y una serie que cumplía todos y cada uno de sus objetivos, como son hacer pasar un rato divertido y entretenido al espectador, presentar una historia que va más allá, y cuidar todos y cada uno de sus aspectos técnicos, por no hablar de un elenco actoral cinco estrellas. De verdad, gracias a sus responsables y mucha suerte en sus futuros proyectos, porque se lo merecen. Ya no se hacen series así, y dudo que después de su injusta cancelación se atrevan con otras. A pesar de que los años pasan, nada ha cambiado, todo sigue igual, pero podemos soñar con “ficciones” como la que nos ocupa. Lo dicho, una de las mejores series españolas de la historia. No os la perdáis.

Más críticas: ocioworld.net
Javi McClane
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow