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Voto de Javi McClane:
6
Drama John Petersen (Viggo Mortensen) vive con su novio Eric (Terry Chen) y la hija adoptiva de ambos en el sur de California. Su padre Willis (Lance Henriksen) un granjero tradicional y conservador de 80 años, decide viajar a Los Ángeles y quedarse en casa de John mientras busca el lugar idóneo para jubilarse. Una vez todo juntos, dos mundos muy diferentes colisionan. Willis muestra señas de estar perdiendo la cordura, y su peculiar forma de ... [+]
5 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viggo Mortensen es uno de esos actores a los que le tengo mucho aprecio, y sí, es por la mítica trilogía de El señor de los anillos, donde compuso y nos regaló un impecable Aragorn, personaje que en otras manos podría haber caído en peores derroteros. Y es que es un actor único y excelente, el cual supo desprenderse de la fama de la saga (algo que le ha sido imposible a otros compañeros de reparto), apostando por trabajos más personales, como Una historia de violencia, Promesas del Este (ambas de Cronenberg, el cual hace un cameo en el film que nos ocupa), La Carretera, Captain Fantastic o Green Book, quizás estos dos últimos sus mejores trabajos interpretativos, los cuales le valieron sendas nominaciones al Oscar. Lo que es seguro es que es un actor camaleónico capaz de todo y que ya no tiene que demostrar nada a nadie.

Es por eso que su debut tras las cámaras ha despertado tanta atención , al menos en un servidor, ya que el público no le hizo demasiado caso en su estreno en salas (también es cierto que fue en plena pandemia) y la crítica no ha quedado demasiado entusiasmada (al menos la americana, como se puede observar en la web Rotten Tomatoes). Una vez vista, me extraña dicha recepción, sobre todo teniendo en cuenta los resultados del film, cuando luego los mismos críticos aplauden trabajos menos inspirados. Y es que estamos ante un interesante drama, con dos interpretaciones sublimes de Lance Henriksen y el propio Mortensen, demostrando este segundo que no se le da nada mal eso de escribir y dirigir.

Mortensen ofrece una dirección convincente y a la altura de las circunstancias, en una labor que poco o nada tiene que envidiar a otros compañeros de profesión más pretenciosos. Lo confieso, me esperaba una cinta independiente soporífera, ya que se conoce el carácter introvertido e intimista del bueno de Viggo, y es lo que parecía que iba a ofrecer en su primera película. Por fortuna, me he encontrado con un drama de casi dos horas que no aburre en ningún momento, y eso que hay los típicos planos de la naturaleza (marca del cinte indie), pero la diferencia es que Mortensen los utiliza durante segundos, y otros lo hacen durante minutos.

Parte del logro de la cinta a la hora de captar nuestra atención, radica en unos diálogos con garra y unos personajes bien construidos, siendo un mérito del propio actor, ya que también se encarga del guion (y de la música, aunque este apartado no lo he visto tan logrado). El intérprete nos presenta un drama sobre la vejez, la paternidad y el perdón, el cual invita a la reflexión, aunque debo confesar que el final no me ha acabado de convencer del todo. Eso sí, me ha fascinado el contraste de los dos personajes principales, hijo y padre, uno un homosexual con una paciencia digna de mención, y el otro un anciano que ya desvaría y que encima es homófobo, machista y racista. Los instantes que comparten son oro puro, y eso es gracias a la labor de los actores. o, machista y racista. Los instantes que comparten son oro puro, y eso es gracias a la labor de los actores. Destacar también los flashbacks de padre e hijo, con unas escenas tan duras como bellas (una declaración de intenciones el inicio del film).

Por un lado tenemos a un Mortensen entregado a la causa, cosa que siempre hace, ya que cuesta encontrarle un trabajo en el que no esté a la altura de las expectativas depositadas en él. Se nota su esfuerzo por componer otro nuevo cambio de registro, en un personaje atormentado y contenido. Seguramente no sea de sus mejores papeles, pero sigue siendo espectacular, aunque se entiende si se tiene en cuenta que su actuación beneficia a su propia película.

Pero si alguien se lleva la palma, es un felizmente recuperado y sobresaliente Lance Henriksen (el genial Bishop de Aliens, entre otros populares papeles), el cual da una clase magistral, con una de las mejores actuaciones de 2020 (lo de mejor ya lo dejo a gusto de cada uno). El porqué no ha sido nominado en los Globos de Oro (seguramente también le marginen en los Oscars), es una de esas cosas que escapa a mi comprensión, cuando su labor es intachable. Me alegro de que Mortensen le haya dado una oportunidad de oro para su lucimiento, en un personaje nada sencillo y que podría haber caído en el ridículo con un actor menos inspirado. Destacar también a los secundarios, como un sorprendente Sverrir Gudnason o a una fugaz (y quizás algo desaprovechada) Laura Linney, gran actriz que aporta bastante en la única escena en la que aparece.

En conclusión, estamos ante un sólido drama, que da qué pensar (lo que nunca está de más) y que ya merece la pena por las espléndidas interpretaciones de Mortensen y Henriksen (que merecen todos los elogios y reconocimientos, cosa que no va a suceder). Aunque no es ninguna maravilla y no todo funciona, es una lástima que se le haya prestado tan poca atención al debut en la dirección de Viggo, esperando que el genial actor repita en un futuro como director y guionista, porque estamos ante un primer largometraje tan correcto e interesante como estimable. Y no todos pueden decir eso.

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Javi McClane
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