Joy Ride, y no, no me refiero al thriller con Paul Walker, con título en España de Nunca juegues con extraños, que ya me dirás tú la necesidad de copiar el nombre, pero esa es otra historia. Volvemos. Joy Ride, comedia en la que cuatro amigas viajan a China para cerrar el acuerdo con una gran empresa, siendo un viaje en el que todo se torcerá, derivando en una road movie cargada de risas y autodescubrimiento. Lo sé, esto lo habéis visto todos antes, pero a la crítica especializada le ha chiflado, considerándola una de las mejores comedias del año.

Prefiero pensar que el hecho de que todo su reparto protagonista sea asiático no tiene nada que ver, pero creo que volvemos a estar ante un caso de exageración, aunque tampoco es que el público les haya hecho mucho caso a unos críticos que yo ya no sé para quién escriben, siendo uno de los grandes fracasos del año. En efecto, esta película sólo la han visto los críticos que la han aplaudido… Bueno, y yo, un rufián que se pasa el día criticando a los periodistas cinematográficos, para luego jugar constantemente a ser uno. El chiste se cuenta solo.

De nuevo, esa es otra historia, porque estamos aquí para hablar de esta comedia gamberra, una que no merece tanto elogio, pero que oye, no está nada mal, recuperando el espíritu de las películas de colegas, con un humor cafre, gags muy inspirados, y un reparto en estado de gracia. No creo que acabe siendo una de las mejores comedias del año, pero tampoco me vais a convencer de que es una mala película, porque el título de divertida y simpática no se lo quita nadie. Lo digo por algunos vinagres que enseguida sacan los cuchillos a relucir porque el reparto es completamente femenino y asiático, errando el mismo tiro que los críticos, aunque se disparen en distinto pie.

Hecha la reflexión, debo decir que esta comedia es una más, pero no por ello deja de tener su encanto, combinando el gamberrismo con la emotividad, y con unos personajes a los que es imposible no querer, en especial gracias a un reparto espectacular. Ashley Park está fantástica como protagonista de la aventura, siendo una actriz a la que seguramente hayáis visto en series recientes como Beef o Solo asesinatos en el edificio. Le seguiremos la pista, porque promete.

Luego tenemos a una estupenda Stephanie Hsu, confirmándose como una reina del gag facial, así como Sabrina Wu, una auténtica roba escenas, y la gran sorpresa de la película. De verdad que tiene momentos tan hilarantes, que es imposible no esbozar una gran sonrisa, e incluso una sonora carcajada. Menudas salidas tiene, con un personaje nada sencillo, pero con Wu saliendo totalmente airosa al entender la gracia del personaje. Me quito el sombrero.

Y como cuarta en discordia, tenemos a Sherry Cola, que al principio de la cinta no las venden como el gran alivio cómico, al ser la portadora de la mayoría de chistes sexuales, pero que finalmente acaba siendo la menos brillante del grupo. Ojo, no creo que sea culpa de la actriz, destacando en un par de momentos desternillantes, pero se queda a medias respecto a sus compañeras porque luego no es tan gracioso, al contrario de lo que nos habían vendido. Y bueno, tiene exactamente el mismo registro vocal que Awkwafina, por lo que, si nos cansamos de esta última, que me temo que falta muy poco, siempre podremos contar con Sherry Cola como necesaria sustituta. Ahí lo dejo, como idea.

Técnicamente la película no tiene grandes alardes, cumpliendo como road movie sin mayores pretensiones, y el guion recorre todos los lugares comunes habidos y por haber, aunque con un desenlace lo suficiente emotivo para convencernos de que esta comedia es algo más. Repito, no es la propuesta más ingeniosa de los últimos años, pero se agradecen comedias canallas como la que nos ocupa, y si te hacen pasar un buen rato sin mayores complicaciones, pues el trato está más que hecho. El problema son esos críticos que ensalzan producciones como si fuesen obras cumbres del humor, porque luego el gran público se mira entre sí al salir los créditos finales, no entendiendo donde está la excelencia, aunque de nuevo, en esta ocasión no les hayan hecho ningún caso.

Y es una pena, porque está bien agradable y libertina comedia no merecía ser tal fracaso, no habiendo encontrado su público en un momento en el que hay tal saturación de producciones, que es imposible no entonar el ‘salvase quien pueda’. No tengo ninguna duda de que esto se estrena en los 90, y arrasa, pero llega tarde. Muy tarde. En fin, me quedo con lo bueno, que no es poco, por lo que, si te gustan las comedias canallas, las road movies de las de toda la vida, o simplemente quieres pasar un buen rato de la mano de un reparto totalmente entregado, estás en casa.

Más críticas. Javi McClane (Youtube)