Catalogada por gran parte de la crítica -y el público- como la mejor película del año, no niego que está entre lo mejor, pero claramente no es el film que muchos prometen. Un drama independiente con pretensiones comerciales, no es un pecado, pero sí que me sentí un poquito embaucada al final.

La primera hora es claramente lo mejor, como todos afirman, pero aún así esperaba más de esa claustrofobia del encierro. Vemos todo a través del niño, y está bien, pero creo que también merecíamos algo más sobre la fatiga de esta madre, prácticamente no se siente el peso de esos 7 años, es como si la hubieran encerrado ayer, y eso sí es un pecado.

El momento del escape, es un poco raro, parece muy fácil, hay tensión, es cierto, pero el personaje de Old Nick se comporta extremadamente torpe, no parece el perfil de un secuestrador "entrenado", y eso le quita verosimilitud a un relato que lo busca desesperadamente.

La segunda mitad es buena, quizás más convencional pero llevada con brío. Lo de Macy es lo que salta un poco, ya que su personaje no tiene desarrollo y se comporta de una manera que necesita ser explicada, o al menos justificada con más escenas.

En general es una muy buena película que peca en su dirección, edición y guión de acelerar un poco el proceso, le falta un poco más de peso al sentimiento de aislamiento y le sobra alguna cursilería que se cuela por momentos. Te hace llorar -tal vez- pero no sufrir. Además para ser dos historias en una, es evidente, que le falta metraje, al contrario de otros casos, son 120 minutos que se pasan rápido y que resultan escasos.

Las actuaciones llevan todo el peso -y muy bien-. Brie Larson parece la nueva Jennifer Lawrence, y "Room" podría ser la nueva "Winter's bone", con más pretensiones, eso sí.