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Argentina Argentina · Hija no reconocida de Madonna
Voto de Ketty Analfer D:
6
Acción. Drama Tras una osada fuga de un furgón policial, Sam Gillen busca un lugar donde ocultarse. En la huida llega hasta la finca de la viuda Clydie, que en esos momentos se enfrenta a un grupo de empresarios que quieren arrebatarle sus tierras. Pero Sam no está dispuesto a consentirlo.
14 de marzo de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí esta película es de las mejorcitas de Van Damme junto a "Hard target. Operación cacería" (John Woo, 1993). El belga se luce en un rol al más puro estilo del viejo oeste pero en versión moderna.

Robert Harmon es un director pulido en el cine de acción, creador, entre otras cosas, de la colección de películas del detective Jesse Stone (Tom Selleck); y aquí logra equilibrar muy bien la acción con el humor y el pseudo drama.

El guión es bastante acertado pese a su sencillez. Tiene la virtud de lograr que se entienda muy bien lo que ocurre -aunque suene raro, esto no siempre pasa en las películas de Van Damme-. Si bien es un tópico la guerra entre propietarios e inversores, y el panfleto a favor de los primeros que contiene el guión es algo trillado, está bien utilizada al servicio de nuestro héroe. Lo que me parece irremediablemente patético es que no se les ocurriera una forma un poco más inteligente de que Van Damme interactuara con la familia: ¿entrar a robar sal? En serio, que tontolón suena.

También contiene un alto sentido del humor. El diálogo del pene es genial, y en general, todos las líneas de los niños lo son. Además esta este intercambio de "palabras" entre Van Damme y un vendedor de armas:
Vendedor: - ¿Qué caza?
Van Damme: - Flamingos rosados... ¿nunca ha visto flamingos rosados?
Vendedor: - No... ni los veré.
Muy buenas las miradas y los largos silencios que hablan más que las palabras. Claro, esto no cambia el hecho de que todos los vocablos que salen de la boca de Levine son horrorosos, realmente un malo poco apreciable, muy lejos del Bill de "El silencio de los inocentes" (Jonathan Demme, 1991).

Los 20 minutos finales, que transcurren después de que Van Damme se va en la moto, son lo más trepidante del film, muy bien filmados, todo un goce para los fanáticos.

Lo mejor: respeta las reglas del género, y no pierde el buen ritmo narrativo.
Lo peor: a los que nos les guste el género, o simplemente no soporten a actores como Van Damme, jamás encontrarán un atractivo en películas como esta.
Ketty Analfer D
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