Estamos ante, probablemente, la propuesta más arriesgada y grandilocuente del año y es una falta de respeto la forma en que ha sido recibida. La falla en taquilla, pero sobre todo, la mala leche con que la ha atacado la crítica. Un film que por lo menos merece el calificativo de impactante, tal vez no sea el mejor film del año, pero de seguro será uno de los que más te abrirá la cabeza, rol que también parece jugar "Holy motors" (Leos Carax, 2012) pero con mejor acogida.

Los déjà vu en "Matrix" (Wachowski brothers, 1999) eran errores del sistema, fallos de la Matrix, aquí son prueba de que no existe el azar sino que eso se explica por medio de la reencarnación, el tema central del film. La historia, al principio muy confusa, juega con una silueta narrativa similar a la de "Corre Lola, corre" (Tom Tykwer, 1998), la diferencia es que en aquella veíamos tres versiones de un mismo momento que variaba según las determinaciones de la protagonista; aquí no hay tiempo para segundas chances, aquí vemos las consecuencias de las consecuencias, de las consecuencias de los actos: lo que yo hago hoy será vital para los que vendrán después de mí.

Es importante tener en cuenta que las historias no importan en si mismas, poco interesa el tema del petroleo y la reportera, o el veterano encerrado en el geriátrico, o si Sturges logra hacer la de Neo en esa Matrix, o si el propio Sturges zafa del envenenamiento de Hanks, o por qué se suicida el músico, o qué pinta la Berry 106 inviernos después de no sé qué. Lo importante no son los argumentos de esas seis historias, lo importante es que ninguna hubiera sucedido sin la anterior, lo importante es que uno se reencarna en otro y tus valores preceden a tu propia conciencia: Sturges siempre estará enamorado de la china aunque ella deje de ser china.

Es un film para ver y analizar más de una vez, algo que no debería costar ya que ante todo es jodidamente entretenida. Si le dedicas un segundo visionado, el resumen del comienzo te parecerá muy distinto, y cada uno de los "resúmenes" que va haciendo el propio film los entenderás de otra manera. Incluso creo que aunque dure casi tres horas se queda corta en metraje porque tiene mucha teoría para desarrollar.

Como digno film de los Wachowski & Tykwer es visualmente impecable y coreográficamente muy dinámico. Mención aparte merece el trabajo de montaje, un prodigio que agiliza muchísimo el resultado final de la cinta, y junto a la BSO la hacen mucho más llevadera de lo que cualquiera pueda imaginar. Y no dejemos de mencionar el trabajo de un reparto tan compenetrado, sin ellos este viaje no sería el mismo.

Lo mejor: el impacto visual, no por sus efectos, sino por la forma narrativa tan bien montada que te dejas llevar.
Lo peor: te sientes un poco perdido la primera media hora.