Falso documental sobre el amor al cine y que a su modo intenta explicar la locura de vivir dentro de un encuadre. El guión es dudoso y tambalea bastante pero se apoya acertádamente en el mensaje que intenta desvelarnos. "Nunca hagas travellings circulares porque el protagonista se puede quedar encerrado", sin duda que lo mejor son justamente estas frases cargadas de un lirismo y un sentido metafórico tan importante que te quedas lelo mirando la pantalla. Cada monólogo de Birri es un placer que te obliga a reflexionar y a plantearte cuestiones como ¿cuál es la función del cine, del cineasta o del cinéfilo? Como decía Arjona ¿es más loco el que piensa o el que mira la luna?

Por momentos la dirección hace que todo parezca falso o de principiantes, tal vez esa era la intención pero como sea no queda estéticamente muy lindo, sobre todo la cámara en mano movediza y los diálogos forzados entre los tres jóvenes. Si la idea era imitar a un documental, queda muy lejos de lograrlo porque no sólo no logra la "estética" de un documental en sus formas cinematográficas sino que se traiciona a si misma al colocar a los "documentalistas" frente a la cámara.

La performance de Birri es impecable, todo el trabajo del director está basado en él, y su interpretación de un cineasta que se ha vuelto loco es inmensa. Ahora la cuestión es ¿quién es el loco realmente?

Lo mejor: la filosofía que deja entrever y la actuación sobresaliente de Birri.
Lo peor: una dirección indecisa.