A pesar de que la temática y los comentarios dieron una horrenda fama a este film, no deja de ser un film que dentro de lo malo, queda como digno. Se puede ver sin que uno después quiera cortarse las venas.

Básicamente Verhoeven quiso repetir la fórmula de "Instinto Básico" pero sin Sharon Stone, sin Michael Douglas, con más sexo y menos habilidad.
Lo primero fue buscar una protagonista: Elizabeth Berkeley. Y por supuesto, no está capacitada para hacer de femme fatale como lo estaba Stone, pero al menos vale para hacer de puta, algo que a Verhoeven tradicionalmente le ha bastado. Está claro, pues, su papel.
Después hay que encontrar un protagonista al que la profesional del sexo seduzca: Kyle MacLachlan. Hombre, a la vista está que su atractivo es muy limitado, siempre ha parecido el típico amigo "Emo" que lo mismo se deja lamer por una vaca que la encula... Y para colmo no es un gran actor (aunque dentro de la media de arte dramático del film, sea de lo más decente). Su papel pues será el de manipulador (ya que algo interpreta) y putero.
Lo único que falta es quién cierre el trío amoroso: Gina Gershon. Sin duda es lo mejor del film, es sensual, aporta el erotismo que no aporta Berkley (que se limita a la sexualidad). Su papel se limita a sufrir las acciones de ambos tortolitos, no sin tener por sí misma un carro de mala leche. Su papel es el de la puta reconvertida.

Debido a las lagunas dramáticas, Verhoeven limitó el interés de la trama y añadió carne. No es una propuesta nueva, pero con el paso de los minutos el tema se le fue de las manos.
Lo que dudoso empieza suele acabar mal.

Aún a pesar de todo, se deja ver.