Su planteamiento operístico y la sangre de sus protagonistas hacen de "Vincere" un film que se desarrolla con ritmo y corazón a lo largo de sus más de dos horas. Tanto Giovanna Mezzogiorno como Filippo Timi están excelentes, pero no todo les acompaña para cerrar una historia que podría haber sido grandiosa.

Así pues, hay dos aspectos que generan una disrupción en el conjunto de la película. El primero es la exageración de los personajes (que no de los actores, puesto que se la han pedido), es díficil creer que Benito (Mussolini) fuera un don juan (no nos engañemos, un hombre orondo y con un afeminamiento explícito guardaba su atractivo en su condición, la de líder, no en su naturaleza), no es complicado creer que fuera un mujeriego (que no es lo mismo).
El segundo es la confusión. Confusión en que Timi haga los papeles de Mussolini, de su hijo bastardo y además se aderece el film con grabaciones históricas del propio Mussolini colocadas como si al ritmo de la trama se situaran (se hace obvio que cualquier parecido entre ambos es pura casualidad). Confusión en que Mezzogiorno viva con su hermano (y ausencia de explicación de esto) y sea este quién posea la custodia del infante. Confusión en tener enemigos dónde no los hay (y tenerlos también dónde si).

Interesante, bella y entretenida como cuento. Ni histórica ni política y si muy pasional.