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Voto de Goldstein:
10
Thriller. Intriga El veterano teniente Somerset (Morgan Freeman), del departamento de homicidios, está a punto de jubilarse y ser reemplazado por el ambicioso e impulsivo detective David Mills (Brad Pitt). Ambos tendrán que colaborar en la resolución de una serie de asesinatos cometidos por un psicópata que toma como base la relación de los siete pecados capitales: gula, pereza, soberbia, avaricia, envidia, lujuria e ira. Los cuerpos de las víctimas, ... [+]
7 de julio de 2008
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre me he preguntado lo que debió suponer para aquellos que disfrutan dejándose llevar por una buena historia, acudir a un cine un día de 1995 esperando un thriller convencional, un blockbuster para pasar el rato, y salir de la sala con la angustia aún pegada al cuerpo, pero conscientes de que acababa de pasar ante sus ojos una de las mayores obras maestras del cine contemporáneo.

Todo lo positivo que se ha dicho sobre esta película es cierto: Las interpretaciones son magistrales, el guión ha dado conversaciones que pasarán a la historia del cine, los personajes son sólidos y profundos; supuso una sorprendente vuelta de tuerca para el thriller policiaco. Sin embargo, lo que más la hace destacar por encima de otras películas, es la ambientación.

El asesino John Doe y su obra también contribuyen a que no se trate de un filme al uso. La escenografía artística y brutal de sus crímenes; los vacíos deliberados en su identidad, que lo deshumanizan y lo hacen más "ajeno" de lo que ningún adversario de cine ha sido jamás; su condición de mensajero que tiene el control, y que le da a la labor de los detectives Mills y Somerset una dimensión poco abordada... todo pone su grano de arena en hacer de este filme una obra maestra.

Pero, hasta John Doe queda pequeño frente a la ciudad que atrapa a los personajes. Tanto por el tratamiento de la imagen como por los escenarios empleados, la atmósfera de decadencia, de ruina y disfuncionalidad absoluta que salpica cada fotograma, logra su efecto de un modo que ni siquiera "Blade Runner" consigue (Sólo "El corazón del Angel" se ha acercado a algo semejante). Puede decirse que la asfixiante ciudad sin nombre es la verdadera némesis de la película. No es de extrañar que esta estética haya sido imitada hasta la náusea, casi siempre con bastante poco acierto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Goldstein
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