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Voto de Gabi Oldman:
7
Drama Narra la historia de amor entre Elise y Didier. Ella tiene una tienda de tatuajes, él toca el banjo en una banda. Es amor a primera vista, a pesar de sus diferencias. Él habla, ella escucha. Él es ateo y un ingenuo romántico. Ella tiene una cruz tatuada en el cuello, y los pies en el suelo. Su felicidad se completa con el nacimiento de la pequeña Maybelle. Pero la niña enferma a los seis años. (FILMAFFINITY)
12 de julio de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El bluegrass como punto de encuentro entre dos personalidades opuestas que están destinadas a amarse. De esta forma se nos presenta una cinta arriesgada por los temas que toca y que supera con habilidad el peligro que todo melodrama tiene de convertirse en carne de parrilla televisiva de la hora de la siesta.

La música, utilizada como el sutil hilo conductor de la película, nos presenta a dos personajes muy bien elaborados. Por un lado, Elise, una tatuadora a la que le mueve la fe y guarda sus recuerdos bajo aguja y tinta, interpretada por una desconocida Veeerle Baetens que merece todo tipo de alabanzas y cualquier otro premio. Y por el otro, Dieder, un amante de la música country, existencialista y demasiado sesudo, al que da vida John Heldenberg. La química entre ambos hace que nos creamos todo lo que les sucede, y es precisamente en los momentos musicales cuando la mayor fuerza entre los dos se hace más evidente, sin diálogo explícito aparecen todos esos sentimientos de atracción que perduran durante todo el film.

Gracias al gran trabajo de montaje, el uso preciso de flashbacks y la elipsis, la película se nos presenta con una estructura circular que consigue el difícil reto de no recurrir a la sensiblería barata. Incluso cuando el cáncer infantil aflora sin llegar a ser protagonista; la enfermedad es un escollo más, otro bache en la vida, para entender el comportamiento de los protagonistas.

Pese a lo trágico de la historia, que lo es en gran parte, no se conforma con resarcirse entre lágrimas sino ahondar en los sentimientos en busca de causas y soluciones, la comprensión a base de razones o de fe. Una canción country que cuenta también con una gran fotografía que decora de la forma más sutil los momentos de transición.

Una película tan dura como sincera que no deja indiferente, ni por la forma en la que está contada ni por el mensaje vitalista que en el fondo pretende transmitir, que si bien pierde intensidad en algunos momentos por intentar hacer crítica política y religiosa de forma algo brusca, sabe bien que no todo es el final sino la intención con la que se llega.
Gabi Oldman
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