‘The Place Beyond the Pines’, traducida en nuestro país como ‘Cruce de Caminos’, es una película dirigida por Derek Cianfrance, director también de la famosa ‘Blue Valentine’. Tildada de independiente, con un presupuesto de 15 millones de dólares y una recaudación de 35, en ella, se nos presenta a Luke, un especialista de la moto, que viaja de una ciudad a otra y que cuando se entera de que tiene un hijo, se dará cuenta de la responsabilidad que tiene decidiendo aceptarlo, lo que desencadenará una serie de sucesos que conformarán la trama de la película.

Con este comienzo, arranca la película, y aunque no parece del todo interesante, consigue enganchar, sobre todo por la interpretación de los protagonistas, destacar a Ryan Gosling y Bradley Cooper, cuyos personajes se verán entrelazados y conformarán el grueso de la película, de ahí el título. Además, se nota la buena mano del director, que con pocos medios, consigue brindar muy buenas escenas, destacando por ejemplo, una de las mejores escenas de persecución en mucho tiempo, haciendo en definitiva, una película por encima de la media.

En este sentido, la película comienza un círculo vicioso de tres actos en el que el verdadero protagonista es la tragedia y el Karma, con su causa y efecto, hasta que se cierra el círculo y el final y el principio del camino se juntan. Y en esos tres actos, es donde radica la problemática de la película. El primero es la clave, elaborado con mucha calidad e intensidad, siendo los personajes muy llamativos; desde ese momento, en los dos siguientes, es cuando el nivel empieza a bajar y aunque hay momentos en los que se repunta al nivel inicial, inevitablemente la calidad de la cinta desciende hasta volverse un poco pesada, además de previsible. Pero ojo, aunque desciende, en términos generales sigue manteniendo un nivel notable, porque el primer tramo, para mi es sobresaliente, y la historia bien hilada, consigue mantener las 2 horas y pico que dura, nuestra atención.

Por eso, aunque se vaya de más a menos, el nivel interpretativo, el drama, la tragedia, el perdón, la identidad personal de cada uno y el ir viendo como ese círculo que la historia nos va contando se va cerrando, consigue mantener el interés, y que las pequeñas lagunas de guión se perdonen, incluso el sentido mismo de la película que queda al final un poco vacío también, porque al final te has entretenido, te has interesado y la has disfrutado, tu karma está bien y puedes seguir tranquilo tu camino.

NOTA: 7.0

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