El género de ciencia ficción está de capa caída este año. Las carteleras nos han traído varios ejemplos de "cine del espacio" que no ha terminado de satisfacer al público en general, y a mí en particular. "Guardianes de la galaxia" me pareció un ejemplo de película divertida y bien hecha que se dejaba ver, pero "Interestellar" me pareció fría y con unas lagunas argumentales terribles. A Nolan hay que exigirle la excelencia, y últimamente deambula entre el cine de autor y los grandes presupuestos, y parece que no sabe por cuál decantarse.

Pero el colmo de los despropósitos se los lleva "El destino de Jupiter", una obra de los otrora talentosos hermanos Wachowsky. Parece mentira que esta película esté dirigida por los mismos que hicieron "Lazos ardientes" y la primera parte de "Matrix". Sin embargo, se ve claramente que son los que rodaron "Speed racer".

La película tiene un diseño de producción sublime al servicio de la nada. Un guión plano, lineal y previsible lastra cualquier intento de hallazgo visual, los malos causan vergüenza ajena (Eddie Redmane este año se ha llevado el Óscar por su interpretación de Stephen Hawkins y se merecería también el Razzie por su villano en esta película) y Channing Tatum... digamos que no tenía su día cuando eligió el papel. Creo que es un actor con posibilidades, pero ni los diálogos, ni el tono de la película le favorecen lo más mínimo.
Esta película parece un despropósito de principio a fin, ya que transcurridos los primeros 5 minutos de cortesía para la presentación de los personajes ya sabemos absolutamente todo lo que ocurrirá en las siguientes dos largas horas de película. Sabemos cómo acabará la historia de amor, el desenlace de la historia y hasta el espectador que sea un poco perspicaz podrá adivinar qué personajes se salvarán y cuáles perecerán por el camino. Y eso, en una cinta de ciencia ficción, que es el género fantástico por antonomasia, me parece el mayor pecado que se puede cometer.

Puede que este haya sido el último tres de los Wachowsky en el mundo del cine. Qué bien les sentó contar con la ayuda de Tom Twyker durante el rodaje de "El atlas de las nubes", tal vez los hermanos Lana y Andy deberían buscar nuevas colaboraciones en el futuro, porque desde hace una década, lo que han dirigido en solitario les ha salido rana.

Lo mejor: Mila Kunis, muy profesional intentando salvar del naufragio lo insalvable. Igual que Sean Bean.
Lo peor: El resto de actores, el guión, los diálogos, el ritmo, el montaje. La película pierde en el recuerdo.