Pues que quieren que les diga que hace poco he vuelto a reincidir, como hago cada cierto tiempo y he vuelto a ver por enésima vez este film que marcó a tantas generaciones, de acuerdo no es la definitiva obra maestra del séptimo arte, pero tiene ese no se que, que nos engancha a todos, en especial si la ves en época navideña.
Divertida, simpática y sobre todo muy entretenida esta obra que dio a conocer al imberbe MACAULAY CULKIN, en un papel de los mejores nunca vistos, de una actor infantil, no como los de hoy en día que no se que ocurre con los castings, pero suelen ser la gran mayoría repelentes de los que les coges manía nada mas aparecer en pantalla.
Esa parte final con todos los trucos preparados por la indefensa criatura para repeler a los ladrones que quieren entrar en casa, pueden parecer y de hecho lo son la mar de tontorrones e increíbles pero mira por donde siguen teniendo esa chispa de la que carecen, pretendidas pelis de humor de la actualidad.
En definitiva tanto esta como la posterior secuela en Nueva york me encantan y no me cuesta reconocerlo y sigue haciéndome pasar por el niño que ya no soy, a la par que me invade una nostalgia dura, pero bonita a la vez.