Una película que para disfrutarla plenamente hay que perdonarle dos o 3 cosillas de guion porque la premisa de la que parte con la madre y el taxi no hay por donde cogerla ni creérsela, pero puestos a darle algunas concesiones, hay que decir que es de ese tipo de comedias que se dejan ver muy agradablemente.
Bueno no solo de comedia estamos hablando porque aquí se entrecruza con el drama mas descarnado produciéndose esa mezcla que es la que aunque no acaba de funcionar totalmente, si la hace atractiva a la vista del espectador, a pesar del previsible desenlace.
OMAR SY es ese altísimo actor de color que desde que lo conociéramos en la fabulosa INTOCABLE, ha conquistado los corazones de millones de espectadores tanto en su país como fuera de el, y que en cada producción a la que se asoma dota de un carisma y un instinto para ponerse delante de la cámara, la cual se come en todo momento, te puede hacer su histrionismo mas o menos gracia pero lo evidente es eso.
La película resulta interesante, atrevida y aunque no innova nada ya visto una y mil veces nos deja con ese sabor agridulce que te dejan esas historias tan bonitas y típicas del cine francés, entre fabula y cuento en la que nos esperamos que cada día que nos levantamos sea esa montaña rusa de cosas divertidas y que afrontemos la vida como si fuera un juego, aunque en el fondo no nos de mas que disgustos.