Una auténtica sorpresa llegada de la desconocida cinematografía belga, aunque por momentos parecemos asistir a una película netamente americana, lo que pasa es que el barbudo protagonista es un forofo de la cultura yanqui, por cierto magnifico JOHAN HELDENBERGH, en un papel para recordar por mucho tiempo.
Asistimos a un dramón de los que hacía tiempo que no veíamos, pero también a una bonita historia de amor, entre un aficionado y cantante de música bluegrass, y una chica que tiene un salón de tatuajes, por cierto NEERLE BAETENS, lo borda con lo cual la química existente entre ellos es brutal.
Los continuos saltos en el tiempo hacia delante y hacia atrás, en otras circunstancias habrían dado lugar a confusión, pero aquí gracias, a un notable montaje es fundamental, al igual que es la banda sonora de la cual caemos enamorados (yo no pude resistirme al terminar de verla, de buscarla en una playlist) y que subraya los momentos, tanto más felices de los protagonistas, como los más tristes.
Desde luego ALABAMA MONROE, no está hecha para personas que se consideren sensibles de más, al tratar el tema de una enfermedad tan cruel, ni tampoco para espectadores poco aficionados al cine europeo o menos comercial.
Por todo ello hay que decir que es una delicia, un goce para los sentidos y una película sobresaliente, muy recomendable.