Una puesta en escena musical que no viene a cuento con momentos para el bochorno, unas actuaciones lamentables en las que se lleva la palma el histriónico William miller, al que se le coge una manía exagerada, un guion flojo y arbitrario, y este compendio de cosas, no hacen sino llevar al la conclusión final de que estamos ante una propuesta que podría haber sido y no lo es.
No se si la obra teatral homónima en la que se basa, dirigida por PERIS ROMANO tendría algo más de sustancia, me temo que si, porque el listón en su traslado al cine es tan bajo, que no debe sino ser algo un poco mejor.