He escuchado muchas veces esa frase que les repiten constantemente a muchos jóvenes después de graduarse "Ve y comete el mundo". Pero que pasa cuando el mundo es el que literalmente termina por "devorarte vivo".

El director John Schlesinger lleva a la gran pantalla por todo lo alto (apoyado en un estupendo guion de Guion
Waldo Salt) la novela de James Leo Herlihy, cuya trama principal narra la historia del joven e ingenuo tejano "Joe Buck" que se traslada a Nueva York, donde comienza a trabajar como gigoló seduciendo a mujeres maduras de Manhattan. Pero "Joe" pronto descubre que ese mundo no es como él se imaginaba, poco antes conoce a Rico "Ratso" Rizzo, un timador que lo quiere estafar.

Antes todo quiero referirme al film como un auténtico canto de humildad y honestidad hacia la amistad y al fracaso, un hermoso, triste y conmovedor relato sobre la supervivencia y la búsqueda del verdadero sentido de la vida, una vida que por lo general te cerrara las puertas y a veces te golpeará, te pateará y justo cuando estés en el suelo, indefenso e y desprotegido lo hará más fuerte todavía, hasta que no quede nada que maltratar. Sin embargo, hay que levantarse, sacudirse y seguir luchando por lo que uno quiere, que en eso consiste eso que llamamos "Vivir".

Geniales interpretaciones de Dustin Hoffman y Jon Voight, ellos nos brindan un show increíble, quienes con un increíble carisma y sensibilidad captan la esencia de sus respectivos personajes, unos seres que a pesar de "chocarse" de frente con un muro llamado adversidad e indiferencia, saben ingeniárselas para seguir adelante y no decaer cada dia. Junto a ellos se dejan ver de soporte Brenda Vaccaro, Sylvia Miles, John McGiver, Ruth White, Bob Balaban y Barnard Hughes.

Destacar también la estupenda fotografía de época, obra del gran Adam Holender y por supuesto la genial banda sonora de John Barry acompañada de la interpretación del legendario Harry Nilsson. Inolvidable.