Espectacular sátira del “American Lifestyle” que se podría ubicar a medio camino entre la “road-comedy” más ácida y el drama común norteamericano, pero con el inmenso “plus” de contar con una historia sencilla (pero bien trazada) personajes muy definidos y sobre todo contar con un reparto inmenso que pareciera haber nacido para interpretar tan estrambóticos y adorables “clichés” en carne y hueso (si desde luego que los son) pero cuyo giro argumental, combinado con su carisma los eleva hasta convertirse en auténticos iconos de toda una generación.

El proyecto independiente firmado con mucho acierto por Jonathan Dayton y Valerie Faris se gana el corazón de aquel que se atreva a darle un tiempo por algunos atributos estéticos, emocionales (inclusive de auto-superación) y en especial interpretativos, pues como dije era necesario encontrar un “reparto ideal” para dar vida a la “patética (¿?) y disfuncional familia “Hoover”. Empezando con el padre de familia fracasado, cuyo trabajo es dar charlas de motivación para alcanzar el éxito, la esposa y madre abnegada, el joven hijo obstinado y terco, obsesionado con Nietzshe, la pequeña hija, cuyo único sueño es convertirse en “Little Miss Sunshine” y el "abuelito" adicto a muchas cosas como decir malas palabras a cada rato por ejemplo. Todos ellos viviendo en un mismo hogar que parece estar a punto de explotar y al que se “suma” un familiar que trata de superar un “rompimiento amoroso” tras intentar suicidarse. Vaya joya de familia ¿verdad?

Abigail Breslin, Steve Carell, Toni Collette, Greg Kinnear, Alan Arkin, Paul Dano, brillan con luz propia con “performances” adorables, inolvidables y nos demuestran que con un buen guion, trabajo y corazón de todos los implicados se pueden obrar auténticos milagros cinematográficos, cuyos valores trascienden más allá de lo puramente estético y se transforman con el tiempo en JOYAS que perduraran imbatibles ante el paso tiempo por el solo hecho de mostrar la cruda realidad, mostrarnos tal cual somos y alegrarnos el corazón por saber que tenemos familias similares, tan “perdedoras”, ser tan únicas y en definitiva por el precioso don de ser diferentes y la enorme importancia de seguir siéndolo.

Por ahí se dejan ver de soporte en pequeños papeles Bryan Cranston, Beth Grant, Jill Talley, Brenda Canela, Justin Shilton y Gordon Thomson.