Con un prometedor inicio, un reparto aceptable y sobre todo mucho respeto hacia el trágico suceso real en el que se basa, el director McG nos presenta una historia que sin llegar a ser genial sabe como ganarse el corazón de quienes aman el fútbol americano específicamente.

Sin tantos rodeos y con algunas imágenes que tratan de conmover al espectador, se podría decir que es el proyecto menos arriesgado de este director, responsable de la decepcionante saga de "Los ángeles de Charlie" y para quien fue un reto, que digamos, cumple y que le valió algo más de reputación para después hacerse cargo de "Terminator Salvation" y ofrecernos junto con este último título su dos mejores películas hasta el momento.

Pero si tuviese que elegir una pues, obviamente me quedo con esta humilde historia de un joven y arriesgado entrenador de fútbol americano (ya retirado por cierto) que tiene que ponerse al mando de un equipo que en su mejor momento es tocado por la tragedia y que tendrá que empezar prácticamente "desde cero".

Del reparto pues están correctos y justos todos, empezando por Matthew McConaughey, que al ser el protagonista debía sacar todo su carisma como entrenador y no desentona en el rol principal. Junto a su "tocayo" Matthew Fox y un siempre comprometido David Strathairn estará el pilar fundamental para armar el nuevo equipo, y que además, solamente tiene en Nate Ruffin (se luce Anthony Mackie) como único representante de sus desaparecidos compañeros. Por ahí también se dejan ver Ian McShane y Kate Mara.

Lo bueno: Elogiar el espíritu deportivo por sobre la desgracia.
Lo malo: Que ya se han habían hecho muchas películas parecidas y por eso sea algo repetitiva.