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España España · Sant Boi de Llobregat (Barcelona)
Voto de Orlok:
2
Acción. Fantástico. Terror Abraham Lincoln, además de ser Presidente de los Estados Unidos, también fue un cazador de vampiros tras enterarse de que su madre murió asesinada a garras de una de esas criaturas sobrenaturales, dando pie así a una visión fresca y visceral de las sangrientas tradiciones vampíricas, imaginando a Lincoln como el más grande cazador de no-muertos de la Historia. (FILMAFFINITY)
31 de agosto de 2012
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La versión cinematográfica de la novela homónima Abraham Lincoln: Vampire Hunter ya forma parte de los estrenos veraniegos. Como no podía ser de otra forma, la película se comercializa en innecesario 3D con el resultado que viene siendo habitual... un desastre, no aporta nada, en algunos momentos la imagen pierde calidad y para colmo, consigue marear, pues las escenas de acción son muy vertiginosas y el efecto 3D las echa aún más a perder.
La dirección de la película está a cargo de Timur Bekmambetov, director de Guardianes de la noche, Guardianes del día, Wanted, aunque durante su carrera también realiza las labores de productor y guionista. En esta ocasión también produce la película en conjunto con Tim Burton, como ya hicieron en la película de animación 9, para mí gusto personal, un autentico fiasco. El estilo de Bekmambetov es muy vistoso, la puesta en escena tiene presencia, pero luego todo se pierde en un mar de efectos coloristas y fuegos artificiales que consiguen saturar. Las coreografías de las escenas de acción tienen algún que otro momento gratuito de cierto interés visual, pero sin ningún tipo de sentido, la mayoría son abruptas y desconcertantes. Planos muy cerrados con un montaje frenético, terminas por no distinguir nada de lo que está ocurriendo; el resultado es que pierdes el interés por lo que estas viendo, entiendes lo que ocurre pero no entiendes el cómo, aunque la verdad... no importa en absoluto.

La fotografía de la película está dirigida por Caleb Deschanel, conocido por películas que funcionaron muy bien en taquilla como El patriota o La pasión de cristo entre muchas otras. El resultado conseguido en Abraham Lincoln: Vampire Hunter no está mal, acorde con el estilo de la película y con algunos encuadres interesantes, pero con un conjunto global que sobrecarga donde se nota en exceso todo el proceso de post-producción en el tratamiento cromático. El exceso es una de las muchas lacras de esta película, hay una sobrecarga de efectos visuales que consigue el efecto contrario de lo que pretenden. Se insiste en la espectacularidad gratuita con momentos de cámara lenta mezclados con acelerones vertiginosos en escenas imposibles, todo muy colorista y lleno de efectos especiales por todos lados.
Un apartado que no sale del todo mal parado es la banda sonora de Henry Jackman, compositor del score de Kick-Ass, X-Men: Primera generación, también programador de sintetizadores en el score de Batman the dark knight y compositor de música adicional para muchas otras películas. La banda sonora no es que sea nada del otro mundo, incluso durante la película la música no está utilizada para nada más que adornar o subrayar determinados momentos, pero hay alguna melodía que es interesante, excepto la canción Powerless de Linkin Park que forma parte del soundtrack.

Las actuaciones de los actores no son pésimas, pero están toda la película en el límite, cumpliendo la ley de mínimos. El actor Benjamin Walker que encarna a Lincoln tiene una cara de bobo bastante inexpresiva y cuando consigue ser algo más interesante es a partir de la mitad de la película, cuando la caracterización del personaje nos muestra la imagen más reconocible de Abraham Lincoln. En el personaje de Mary Todd Lincoln tenemos a Mary Elizabeth Winstead en un papel más comedido que se aleja de interpretaciones más excéntricas o llamativas como en las películas Death Proof , La jungla 4.0 y Scott Pilgrim contra el mundo entre otras. Del resto de actores no hay nada que destacar, ni de sus actuaciones ni de los personajes que interpretan, estereotipos forzados; quizás se podría remarcar la aparición con una superflua actuación de Rufus Sewell, más recordado por Dark City y algunas series televisivas más actuales. Para está producción desempeña el papel de villano absoluto, pero en un personaje mal trabajado, estereotipado y que no llega cumplir su función en ningún momento.

La peor parte de la película recae en el guión, está escrito por el autor de la novela Seth Grahame-Smith, en la actualidad también firmó el guión de Dark Shadows, última película de Tim Burton y está en negociación que también se ocupe de guionizar la posible secuela de Beetlejuice. El otro guionista que aparece en los créditos es Simon Kinberg quien ya lleva acumulados los guiones de películas como xXx 2: Estado de emergencia, Sr. y Sra. Smith, X-Men: La decisión final, Jumper o Sherlock Holmes de Guy Ritchie, por lo que todo encaja tras ver el resultado de Abraham Lincoln: Vampire Hunter.
La verdad es que la idea base no está nada mal, es tan descabellada que resulta atractiva... La vida oculta del decimosexto presidente de los Estados Unidos como cazador de vampiros es algo que podría dar mucho juego. Para empezar, con esa premisa está claro que no te puedes tomar en serio la película, ¿cual es el error? que la película se la han tomado en serio por si misma. Lo que podría haber sido un desfase divertido e incluso con ciertos puntos de interés, con todo lo que se le podría pedir a una película titulada Abraham Lincoln: Vampire Hunter en relación a lo que la serie B se refiere, termina cogiendo lo peor del actual cine americano para terminar siendo algo bochornoso, que retrata la abolición de la esclavitud como algo banal.
Orlok
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