Si me lo cuentan, no lo creería, ¿la séptima película de una saga es mejor que todas las anteriores? Algo insólito, realmente. Acá redoblaron la apuesta, hicieron cualquier otra cosa. Tomaron los personajes de la saga, más o menos una idea general (personajes que entran y salen de lo legal, pero sin renunciar a una ética inquebrantable), que sienten pasión por los coches y la velocidad, que se ven sometidos a una serie de escenas y situaciones de cierto riesgo, más o menos llenas de adrenalina.
Bueno, con todo eso, encajaron (bien), una cosa mucho más compleja, donde la parte costumbrista, las chicas, las carreras, queda totalmente desdibujada. Hay mucho de James Bond, de Misión Imposible, el legado del mejor cine de acción y de superacción.
Y funciona.
Es una locura esta película. La escena de las torrres en el hotel en Arabia Saudita ya se ha vuelto legendaria.
Pero hay otras escenas, también, legendarias, es una acumulación.
Una película que te deja sin aliento.
Eso sí, se les fue la mano con la duración. Incluso con todo lo que me gustó y la disfruté, sentía que no terminaba más. Demasiado, demasiado, larga.
En fin, un punto muy alto en el cine de género y en la saga de "Rápido y Furioso", veremos cómo sigue, aunque dudo que sea posible superar la experiencia. Al menos, con estos personajes, sin alterar el curso de la historia hasta el momento.
Un punto culminante.