Más allá de los tópicos que todos recuerdan de esta mítica película se esconde no sólo la más famosa película de posesiones sino la mejor, basada en el libro de William Peter Blatty que contiene frases absolutamente espeluznantes que realmente parecen obra del mismísimo diablo. Lo más terrorífico se palpa a medida que la trama avanza y tanto la madre como los que rodean a la niña se ven impotentes en el vacío intento por ayudarla, razón por la cual la desesperación les llevará a recurrir a la iglesia como método terapéutico en un ultimo y desesperado intento. Dick Smith pone al servicio de este terrorífico relato un maquillaje que contribuye a pesar de los años pasados a dar verosimilitud a lo que termina por convertirse en un drama que trata la lucha desesperada de una madre por recuperar a su hija. La fortuna nos ha deparado una restauración de imagen y sonido y la inclusión de escenas no vistas en su momento que la hacen más aterradora y aumenta aún más la categoría de esta inolvidable joya del terror.