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España España · Las Palmas de Gran Canaria
Voto de Arsenevich:
8
Western. Drama Narra la historia del más famoso forajido del oeste americano, el carismático e impredecible pistolero Jesse James (Brad Pitt), un bandolero sudista hijo de un predicador. Mientras Jesse planea su próximo gran robo, declara la guerra a sus enemigos, quienes intentan hacerse con la recompensa -y la gloria- que implicaría su captura. Pero la amenaza más importante a su vida puede que venga de aquellos en quienes más confia... (FILMAFFINITY) [+]
4 de enero de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante Western de la nueva era, que en su propuesta estética apela a lo bucólico, a una especie de poesía de la imagen para recrear uno de los mitos más longevos del viejo Oeste americano: el asesinato del forajido Jesse James, en este caso interpretado por un sobrio Brad Pitt. Como película funciona más en sus formas que en el discurso, algo disperso. Cierta abulia en el desarrollo de la historia se ve compensado por una media hora final realmente meritoria.

La película termina reflejando una vez más la mitomanía típica de los norteamericanos, especialmente centrada en personajes como James, un forajido que pasó por mil peligros, eternamente perseguido por la justicia y soportando una cacería feroz, para finalmente sucumbir ante el gatillo más inesperado. El guion busca por todos los medios desgranar la personalidad de Robert Ford, el auténtico protagonista de la cinta, un joven de carácter pusilánime pero con una ambición concreta: entrar en la historia, ser recordado, grabar su nombre en los anales, cosa que finalmente consigue a través de un acto ruin de traición y deslealtad. La contundencia del título hace imposible cualquier tipo de spoiler, y la revelación del desenlace, expuesta de forma tan desnuda, juega hábilmente con la ansiedad del espectador, quien no hace sino esperar el tan cacareado asesinato. En todo momento sabemos quién será el muerto y quién el asesino (en este sentido se duplica la apuesta de Ford en «El hombre que mató a Liberty Valance», donde sólo conocemos el nombre de la víctima). Por supuesto que el homicidio se hace esperar hasta los compases finales, pero hasta entonces Dominik efectúa una suerte de poesía visual a lo Malick, con campos nevados, escenas bajo una lluvia torrencial y un ambiente otoñal bastante logrado.

Quizá se le pueda achacar cierta flacidez en el esquema argumental. El film termina pareciendo un prodigioso tapiz al que le han faltado unas cuantas puntadas para otorgarle algo más de entidad. En todo caso, para quien guste de los caballos, el cuero y las pistolas, se deja ver sin ningún problema.

Buena.
Arsenevich
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