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España España · Girona
Voto de Francesc:
8
Intriga Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Un obrero de una fábrica aeronáutica de Los Ángeles es testigo de un acto de sabotaje en la planta en que trabaja. A causa de la la explosión muere su mejor amigo, pero lo peor es que él es acusado del crimen y perseguido por la policía. Para limpiar su nombre, atraviesa todo el país hasta Nueva York, buscando sin tregua a los culpables. (FILMAFFINITY)
24 de abril de 2020
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Obra menor de Hitchcock, pero no por ello, carente de interés, a medio camino entre la novedosa en su día "Los 39 escalones" (1935) y la insuperable "Con la muerte en los talones" (1959), pues las tres tienen muchos elementos en común y podrían formar parte de la "trilogía del falso culpable perseguido por la policía": el ritmo narrativo, la puesta en escena, el tema del falso culpable que debe huir de la policía y de los malos, a la vez que descubrir al auténtico responsable del crimen que le imputan, la persecución a la que es sometido durante toda la cinta, el ritmo vertiginoso con que se pasa de una escena a la otra, la clase y elegancia del malo (sin duda, Otto Krueger es el precursor de James Mason, pues su manera de afrontar las interpretaciones es muy similar), la rubia reacia y al principio desconfiada, pero que finalmente ayuda y se enamora de nuestro protagonista, el que éste esté esposado (tanto en "los 39 escalones" como en ésta las esposas forman parte de la trama), el cómo huye nuestro héroe de los sitios más inverosímiles utilizando su ingenio, el cómo se esconde el protagonista en los trenes, e incluso los planos de las escenas finales son muy parecidos. Además, tanto en ésta como en "Con la muerte en los talones", las escenas finales se ruedan de forma similar en dos monumentos americanos muy significativos: La estatua de la libertad y el monte Rushmore.

Puede decirse, por tanto, que las tres cintas forman una especie de trilogía en la obra del maestro: de la más sencilla ("Sabotaje") a la más desarrollada ("Con la muerte en los talones"), fruto del espíritu de autosuperación del maestro Hitch.

Por mi parte, recomiendo encarecidamente el visionado de esta película por los siguientes motivos:
- Porque nos muestra la evolución del maestro, desde sus primeras películas de la etapa inglesa, hasta llegar a ésta, en la que el director demuestra ya una madurez evidente.
- Porque el ritmo es trepidante, y las escenas de acción están muy bien filmadas. La cinta no tiene puntos muertos, y los diálogos ayudan a avanzar la trama del modo pretendido por el director.
- Porque Otto Krueger hace una magnífica interpretación del malo con modales tan típico de las películas de Hitchcock.
- Porque esta cinta contiene muchos elementos de suspense (muchos más que en otras películas de su autor).
- Porque en los 108 minutos de metraje, suceden muchas cosas. La cinta nos cuenta muchas historias.
- Por la escena y los personajes del vagón de tren del circo.
- Por las escenas en las que nuestro héroe logra huir de los que le persiguen.
- Por cómo el protagonista logra romper las esposas.
- Por el personaje del ciego.
- Por el socarrón sentido del humor del orondo director británico.

A pesar de que la película está muy bien dirigida, bajo mi punto de vista falla en la elección de los dos actores principales, por cuanto no tienen el carisma necesario para interpretar los roles asignados: Robert Cummings no es ni Robert Donat ni mucho menos Cary Grant. Ni tiene gracia ni da la sensación de estar pasando tantos apuros como exige el guión. Por su parte, Priscilla Lane tampoco es ni Madeleine Carroll ni Eva Marie Saint. Le falta el glamour, la belleza y clase de éstas. Es una rubia demasiado vulgar para una película de Hitchcock.

Le pongo un 8 porque es muy entretenida y está perfectamente planificada, escena por escena, por su director.
Francesc
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