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España España · Barcelona
Voto de AMQE:
8
Drama Ivan Locke (Tom Hardy) es un prestigioso capataz de grandes obras que ha tenido que trabajar muy duro para alcanzar su sueño: llevar una buena vida, con un buen trabajo y una familia que le quiere. Sin embargo, un día, en la víspera de su encargo más importante, recibe una llamada que le empuja a tomar una decisión que quizás eche toda su vida por tierra. Desde ese momento tendrá que emprender una peligrosa huida a contrarreloj. (FILMAFFINITY) [+]
1 de septiembre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy en día parece realmente complicado encontrar alguna cosa original entre los estrenos que cada semana llegan a nuestras carteleras. Por eso cuando uno se topa con algo diferente a lo habitual el placer cinematográfico se ve considerablemente incrementado. La propuesta que nos sirve Steven Knight, una película con un solo protagonista presente a lo largo de un viaje en coche, no solo es arriesgada comercialmente hablando, si no que se antoja difícil de llevar a cabo dado el límite en cuanto a personajes y espacio autoimpuesto. Pero como ya demostró Rodrigo Cortés en su estupenda “Buried” no hay límites que valgan cuando uno tiene claras las ideas y se cuenta con un buen guión y un actor en estado de gracia. Y así es como mediante las llamadas telefónicas que Ivan Locke va recibiendo a lo largo del viaje, “Locke” se va transformando en un relato inquietante en el que fantasmas del pasado y el presente salen a la luz para cambiar para siempre la vida de nuestro protagonista. El uso que hace Knight de los pocos recursos con los que cuenta es extraordinario y sabe sacarles todo el partido. Así pues realiza todo un ejercicio de ingenio para que la película no caiga en la monotonía narrativa, seguramente el mayor riesgo que tal experimento asumía, y consigue, con el tráfico nocturno como máximo aliado, planos de indiscutible belleza. Pero es en el aspecto interpretativo donde “Locke” se postula como una película de gran nivel. Tom Hardy realiza un esfuerzo de interpretación superlativo, dándole a sus gestos, sus expresiones y, sobre todo, a su voz (creo que estamos ante una de esas películas en donde la versión original es poco menos que obligatoria) el tono preciso para hacer creíble el relato. Es solo a partir de todo ello que la historia se desarrolla y alcanza unos niveles dramáticos perfectamente reflejados en el rostro de Hardy. Hacía mucho tiempo que no se veía a un personaje sometido a tamaña presión en una hora y media de puro talento cinematográfico.

Lo mejor: un Tom Hardy excelso y la valentía del director de afrontar este reto.

Lo peor: que la premisa argumental pueda no atraer a potenciales espectadores.
AMQE
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