“El chico del periódico” podría haber sido una gran película. Tiene base argumental para haberse convertido en un thriller de los que dejaron huella sobre todo en la década de los 80 y principios de los 90. El problema es que ninguno de sus responsables parece haber creído firmemente en ella. Empezando por una dirección mediocre, pasando por unas interpretaciones histriónicas y acabando por un montaje un tanto caótico. Se desaprovecha así una buena historia llena de misterio, sexo, pasión y violencia enmarcada en los siempre fascinantes pantanos de Louisiana convirtiéndola en un producto insípido e intrascendente más al servicio del lucimiento de sus actores que no al de la historia en si. Cierto que todos tienen su momento de gloria aunque algunos no les llegue para el personaje, y me refiero sobre todo a un Zac Efron poco convincente en su papel al que solo aporta el físico. Quizás huyendo de la convencionalidad “El chico del periódico” se adentra en algo peor, la mezcla inconexa de géneros y estilos que la acaba lastrando de principio a fin.

Lo mejor: su desenlace sin concesiones.

Lo peor: unos personajes que parecen meras caricaturas.