El género carcelario ha dado grandes películas a la historia del cine, aunque casi todas ellas centraban su argumento en planes de fuga de unos reclusos con los que el espectador solía empatizar fácilmente. Hay que reconocer la valentía de Daniel Monzón al afrontar un género no habitual en el cine español y además hacerlo bajo la perspectiva de un motín carcelario, saliendo no solamente indemne de la aventura sino con un producto insospechadamente sólido y de acabado más que decente. “Celda 211” sabe jugar perfectamente la baza de un grupo de personas atrapados en una situación límite y claustrofóbica y saca partido de un ajustado reparto en el que brilla con luz propia un Luis Tosar que vuelve a dar una lección de interpretación al más alto nivel, con la presencia nada desdeñable de Alberto Ammann, una cara nueva cuya carta de presentación al gran público no podía ser más acertada.

Monzón logra que la tensión se vaya adueñando de la historia conforme esta avanza, a la vez que se impregna en el espectador y deja en la retina de éste momentos especialmente brillantes e ingeniosos como los diálogos con los etarras encarcelados que permiten un espacio a la reflexión y a la denuncia sin que esta altere en exceso el grueso del relato principal. Tampoco evita los detalles más escabrosos, consciente que el realismo era un punto a favor y algo necesario en este tipo de historias, sin olvidar las escenas más intimistas, en especial el proceso de desesperación que experimenta el personaje de Juan Oliver. Claro está que no todo es perfecto y la película chirría en momentos puntuales, en los cuales un guión algo forzado resta credibilidad a la historia. Pero ante todo hay que valorar el esfuerzo de producción (por fin las escenas de acción de una película española no invitan a la vergüenza ajena) y el salto adelante que Daniel Monzón realiza con esta película, la mejor sin ninguna duda de su aún corta trayectoria.

Lo mejor: Luis Tosar, demostrando otra vez ser uno de los mejores actores españoles de la actualidad.

Lo peor: algunas licencias de guión, francamente mejorables.