¿Loco o cuerdo? ¿sensibilidad premonitoria o esquizofrenia hereditaria? Sobre el controvertido personaje de Curtis LaForche se asienta una película que juega con las dudas que va generando la historia para tejer un relato que nos lleva irremisiblemente a la “Melancolia” de Lars von Trier. Aunque a diferencia de aquella, “Take shelter” no hace de la fuerza de sus imágenes su única baza ni desprende el aroma ególatra del director danés que rozaba la pedantería por momentos. La película de Jeff Nichols se vuelve más interesante a medida que avanza y hace de la sencillez en la puesta en escena su mejor arma para crear desasosiego. Ello y el estupendo trabajo de Michael Shannon le bastan para despachar una historia que se puede ver como anunciadora metáfora de los tiempos que corren y los que van a venir, pero que se puede disfrutar igualmente lejos de mensajes apocalípticos. Simplemente observándola como una historia fantástica a la que no le hacen falta espectaculares efectos especiales para cautivar al espectador, como un capítulo brillante de “ The twilight zone” o una novela de Stephen King con la que gozar una tarde de vacaciones.

Lo mejor: la familia encerrada en el refugio.

Lo peor: cierta falta de ritmo en determinados momentos.