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España España · Barcelona
Voto de AMQE:
3
Romance. Drama David Kepesh (Ben Kingsley), un carismático profesor, está orgulloso de seducir a alumnas deseosas de probar experiencias nuevas, pero sin ningún compromiso. Pero, cuando la hermosa Consuelo Castillo (Cruz) entra en su clase, sus precauciones se esfuman. Esa belleza morena consigue, al mismo tiempo, cautivarlo y desconcertarlo. Consuelo es para él algo más que un objeto de deseo. Su fuerte personalidad y su carácter apasionado ... [+]
11 de mayo de 2008
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Igual que el protagonista de su película, David Kepesh utiliza su amplia cultura para seducir a sus jóvenes amantes, Isabel Coixet parece querer conquistar al espectador mediante una estilizada fotografía, precisos diálogos y una cuidada puesta en escena. Se olvida, no obstante, de insuflarle pasión a la historia, de hacer veraz una relación que no puede evitar transmitir una cierta sensación de frialdad, de distanciamiento entre la platea y la pantalla. “Elegy” se debate entre el melodrama sentimental con pequeñas dosis de carga erótica (las mínimas, pues Coixet siempre filma estas escenas con el freno de mano puesto) y la pura reflexión existencial personificada en el personaje interpretado por Ben Kingsley, dejando para Penélope Cruz un papel más secundario de lo que en un principio parecía y en el que la actriz española no parece acabar de sentirse cómoda en ningún momento, lo cual le resta credibilidad a su actuación.

Orientada hacia un tipo de cine elitista, al que la directora catalana parece encaminar su filmografía, Coixet monta su “Otoño en Nueva York” particular en base a acumular referencias culturales y darle a su obra una capa de barniz intelectual que aleja la posible identificación del espectador con los personajes. Y esa es, bajo mi punto de vista, la principal carencia de la película. Una historia que habla del amor, de las dificultades que entraña una relación entre dos personas separadas por una diferencia de edad notable, apenas deja entrever en un par de escenas todo el sentimiento que esta requería.

Quizás no era Isabel Coixet la persona más indicada para adaptar la novela de Philip Roth o simplemente la historia no daba más de si, pero al final da la sensación de que hay demasiado envoltorio para tan poca “chicha”. Personalmente, para emocionarme con una historia similar me sigo quedando con Anthony Hopkins y Debra Winger en sus “Tierras de penumbra”.

Lo mejor: su parte técnica.

Lo peor: su incapacidad para llegar al espectador.
AMQE
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