Esta película parece un tebeo de esos japoneses, mucha violencia y el guión parece haberse escrito en estado de flipación extrema.

La policía ha sido privatizada y una unidad especial se dedica a cazar a una especie de mutantes que transforman sus partes amputadas en armas increíbles. La mujer policía que destaca es Ruka (Eihi Shiina), que se emplea a fondo en la caza, cercenando cualquier parte del cuerpo a catanazo limpio, fíjense en las posturitas que toma después de cada golpe.

Hay sangre artificial a raudales, gore y algunas escenas de mal gusto, que parece que provocaron aplausos en los festivales de ¿fantasía? especializados. En fin, una gamberrada de película en toda regla, pero resulta entretenida.