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Voto de Nekro Zombie:
7
Acción. Comedia Ikegami es un gangster que guarda rencor hacia un viejo rival llamado Muto, de cuya hija Himizu siempre ha estado enamorado. Hirata, un director de cine, y un hombre llamado Kouji también se verán involucrados en este enredo. (FILMAFFINITY)
3 de abril de 2014
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es indudable que Sion Sono tiene un gran talento visual, que sabe muy bien qué quiere y qué no, que controla el ritmo narrativo como pocos, que siempre sorprende con sus historias y que, además, "se moja" criticando aspectos de su realidad más inmediata, de su Japón natal por el que siente un extraño amor/odio. Para entender la obra de este director, se ha de tener muy en cuenta su nacionalidad. Para entender esta película, se ha de tener en cuenta todavía más. Serán muchos los que no verán en esta cinta más que otra frikada nipona en la que se vierten litros de sangre y poco más. Para nada. En absoluto. Este filme es todo un ataque hacia el duro momento que está viviendo el cine japonés.

¡Ay! ¡La tierra del sol naciente! Una de las naciones que ha dado mayor número de obras maestras al celuloide mundial. Kurosawa, Fukasaku, Kobayashi, Imamura, Mizoguchi... son nombres que todo aficionado al cine, sea de Kyoto, Tucson o Bangkok, conoce. Sin embargo, desde hace unos años, parece que los japoneses sólo estén interesados en exportar buenos animes y alocadas películas trash. Obviamente, han realizado obras maestras en, por ejemplo, "los últimos diez años", pero generalmente no llegan ni de coña a los niveles alcanzados tanto por los directores anteriormente mencionados como por otros. En realidad, su vecina Corea del Sur parece haberles tomado el relevo. Lleva ya un tiempo realizando películas sorpresivas que pueden competir con las producciones norteamericanas e incluso, en algunos casos, superarlas en ingenio, creatividad e inteligencia.

En "Why don't you play in hell?" Sion Sono parece lamentarse de esto. El grupo protagonista está formado por verdaderos amantes del cine, auténticos obsesionados de las cámaras, los focos y los micros. Sin embargo, pese a todo el empeño que ponen en rodar una película, el "dios del cine" parece pasar de ellos, parece "estar muerto". Lejos de desanimarse, siguen intentando sacar su proyecto adelante, teniendo como punto de reunión un lugar muy simbólico: un cine que ha cerrado sus puertas. En efecto, estamos ante otra obra del S. XXI que siente una cierta nostalgia hacia el S. XX, que se plantea si estamos yendo por buen camino o quizá estemos matando las cosas que realmente nos gustaban de un mundo que, por diversos motivos, parece empezar a desintegrarse para dar paso a algo nuevo. No es muy distinto a lo que muchos escritores e incluso cineastas hacían a principios del S. XX con respecto al S. XIX.

En paralelo a las aventuras y paranoias de los "Fuck Bombers", contemplamos como la hija de un jefe Yakuza hace todo lo posible por ser actriz, por ser famosa. Continúan así las punzantes críticas que, salvando las distancias, también podrían ser válidas para el cine español. Voy a comentar algunas de las que más me han gustado. En primer lugar, para tener oportunidades en la industria debes ser hijo de alguien importante o acostarte con ese alguien importante. Esto se nos enseña varias veces durante el metraje, como por ejemplo en las distintas "amantes" que tiene el jefe Yakuza. Regentan un "bar" hasta que se cansa de ellas y las sustituye por otras más jóvenes. En segundo lugar, la hija del yakuza huye cuando ve que es la protagonista de una película horrorosa. Vamos, que en su país últimamente sólo se está haciendo bazofia sin "alma" ni intención artística alguna. Si quieres estar en el meollo, tienes que soportarla sí o sí. Personalmente me dejó destruido el momento en el que el productor le dice al yakuza que prefiere contratar a una mala actriz a esperar a su hija, dándonos a entender que para él es sólo trabajo y rutina. En tercer lugar, que se siga vendiendo el cine japonés más "folklórico". Me partí de risa cuando unos yakuzas modernos son obligados a vestirse de un "modo tradicional", sin injerencias occidentales. Aquí nos sucede exactamente lo mismo con el flamenco, los trajes de sevillana, la estética castiza y tantas otras cosas de las que todos estamos un poco hartos. En cuarto y último lugar, que al final la película la rueden unos mafiosos. O lo que es lo mismo: la industria del cine es una mafia.

Continúa en "spoilers".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nekro Zombie
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