Mis expectativas ante este film no eran precisamente las mejores porque los últimos films de Burton parecen ir cuesta abajo y sin freno. Este declive empezó hace ya algunos años ( en "El planeta de los simios"), aunque mejoró en algunos (Frankeweenie). En esta nos encontramos al mejor y al peor.
Lo mejor de Burton es cuando se adentra en lugares oscuros, con personajes más bien raritos... o algo diferentes, es aquí donde sale a relucir su talento. Sin embargo, es en la parte final del film dónde aparecen todos los fallos que lleva arrastrando el director en los últimos años, ya que no logra emocionar al espectador, algo que durante los primeros años era una seña de identidad.
Hay muchos personajes y el director se centra en algunos, descuidando a otros que solo en el tramo final aparecen.
Por su parte, el protagonista es el típico personaje de las películas del director: una persona gris, pero con gran fondo. Completan el reparto: Eva Green y Samuel L. Jackson (mejor ella que él). En el apartado técnico, el gran cambio es el de la música, donde no encontramos a Elfman, pero sí a Mick Higham (colaborador de Elfman) y a Matthew Margeson (de la factoría Zimmer), donde hacen una gran aportación al film, aunque diferentes al estilo impreso por Danny.
Burton parece encauzar su trayectoria... ¡aquí hemos visto algo de luz!... esperemos que esto sea un punto de inflexión y que recupere parte de aquella magia que a muchos nos emocionó años atrás.