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España España · Corruptown
Voto de Kwisatz:
10
Drama Antonio Salieri es el músico más destacado de la corte del Emperador José II de Austria. Entregado completamente a la música, le promete a Dios humildad y castidad si, a cambio, conserva sus extraordinarias dotes musicales. Pero, después de la llegada a la corte de un joven llamado Wolfang Amadeus Mozart, Salieri queda relegado a un segundo plano. Enfurecido por la pérdida de protagonismo, hará todo lo posible para arruinar la carrera ... [+]
7 de julio de 2010
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Richard Wagner conceptuó la ópera como la obra de arte total, ya que ella se amalgamaban la música, el teatro, la danza y la artes de la forma y el color.
Yo por mi parte, salvando las distancias con tan insigne compositor, opino lo mismo de la película que ocupa estas líneas, de ahí el título de la crítica.
Pese a que la fidelidad histórica de los hechos narrados es más que discutible no deja de ser una gran historia.
Un extraordinario libreto que aborda las pasiones humanas, en especial la envidia y la frustración, desde la óptica del personaje encarnado magistralmente por Abraham F. Murray en el papel del compositor de cámara Antonio Salieri. Una gran actuación que le valió un merecidísimo oscar y que justifica toda una carrera cinematográfica. Las escenas en las que aparece describiendo la música de Mozart con deleite extático, sus rictus de soterrado rencor, su pasmada admiración... son tan perfectos, tan intensos, que componen a uno de los personajes más genuinamente humanos que haya podido disfrutar en un film.
Aunque tan excelso protagonista sea de por si un aliciente, la ópera es un espectáculo coral y para que luzca, todos los personajes deben brillar en escena. Es por ello que no quiero olvidar al resto de intérpretes, los cuales dentro del tamaño y exigencias de su papel, se ajustan a la perfección al espíritu de la obra. En especial quiero hacer mención a Tom Hulce, por el esforzado y meritorio Mozart que compone: histriónico, voluble, frenético y suplicante de la aprobación paterna.
Técnicamente la película es espectacular, la ambientación de la Viena del siglo XVIII acertadísima (excelente elección la elección de la República Checoslovaca para darle vida) y los momentos musicales que nos regala un deleite para cualquier vista y oído con sensibilidad a la belleza
Y todo ello magníficamente conjuntado gracias a la magnífica batuta de ese coloso del cine llamado Milos Forman, que tan brillantemente supo adaptar la obra de Peter Schaffer.
En conclusión, una película de tan obligado visionado para un cinéfilo, como de obligada audición es la música de Mozart para un melómano. Imprescindible.
Kwisatz
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